lunes, 27 de julio de 2009

Visionarios vintage

Lo reconozco, me reconforta leer sobre Bradbury y sus opiniones en el Babelia de hoy.

"Hace un mes me llamaron de Yahoo! porque querían poner una de mis novelas en Internet. Les dije que se fueran al infierno?, recuerda hecho un basilisco. Mencionarle Internet sólo aviva las llamas. ?¡Que quemen la red en lugar de quemar libros!?, sentencia a pesar de contar con una página bien cuidada. ¿Y los libros electrónicos tipo Kindle? ?Eso no son libros. Los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor?, dice romántico este visionario criado a la antigua usanza. Su última batalla a favor de la palabra impresa es su defensa de las bibliotecas, esos dinosaurios en vías de extinción por falta de interés y fondos que Bradbury está dispuesto a mantener con vida aunque su batalla suene quijotesca. No creo que las bibliotecas estén obsoletas y no permitiré que acaben con ellas así me tenga que poner en medio para evitarlo."

Había prestado cierta relevancia a sus escritos, pero me anima más contemplar cómo un fantasioso como él es capaz de valorar tanto el libro, al igual que en Fahrenheit 451.

En mi opinión, la defensa a ultranza del libro no está circunscrita al objeto en sí, sino a la calidad del conocimiento que encierra. Cómo el papel ha servido de soporte difusor de las grandes ideas, historias y descubrimientos.

En principio podemos suponer que una de las principales críticas que sacude diariamente a internet es la cantidad de información sin calidad que pulula por ella -una muestra es este blog, jajaja-. La absoluta libertad de publicación -que no se pierda- que la sustenta permite que cualquiera exprese abiertamente sus pensamientos sin pasar antes por la criba de expertos en calidad literaria, científica, investigadora, ... No es ésto un juicio a internet en defensa de los libros, sólo una consideración personal ante el placer complementario que entregan.

Si un iPhone es elegante en su diseño y nos apetece tenerlo, ¿cuánta belleza encierra un libro?

Me encanta cuando un escritor mantiene al día un blog donde compartir con él impresiones de sus libros, cuando se actualiza online algunas consideraciones en ellos expuestas y cuando facilita la conexión con otros lectores. Y también me encanta mancharme los dedos de tinta los domingos por la mañana (reconozco que sólo compro periódicos ese día, el resto, online), regalar libros y suscripciones a revistas especiales. Creo que el libro y por ende las bibliotecas, tiene un componente emocional y estético (como la foto que encabeza este post) que, personalmente, no me proporcionan los elementos electrónicos, científicos y demás chismes. Aunque debo admitir que tampoco se vivir sin ellos :-(.

C


martes, 21 de julio de 2009

Fanatismo y vino (homenaje a mi abuelo)

Hubo un tiempo donde la emoción de espectáculos públicos masivos residía en combates con la vida en juego, ahora se asiste a eventos futbolísitos casi litúrgicos, y sin casi. El aficionado se viste con los colores de su equipo, entona cánticos colectivos, implora a un ser superior -el 10- para que no falle el penalti, ...

No deja de sorprender lo fácil que es encontrar un vínculo entre el fútbol y la guerra, la vida de miles de personas en juego porque un balón entre en una portería.

Traigo esto a colación, un pco desmedida, lo reconozco, por el fanatismo en la alimentación. Una muestra de ello es el excesivo apego a los productos de la tierra de uno mismo, "lo mejor, lo de mi pueblo". Que está bien como promoción, pero cuando se convierte en fervor inconsciente, ..., peligro.

Recuerdo una anécdota que me ocurría con frecuencia con mi abuelo Feliciano. Cuando le llevaba a probar vino de otras zonas que no fueran de la DOCa Rioja, todo le resultaba desagradable.

- Abuelo, que hay que probar otros vinos, que también están ricos
- Deja, deja. Que donde esté un buen vino del pueblo, que se quite lo demás. No tienes ni idea

La cuestión, tras comentarla con él, no venía por la calidad del producto -ya hablaré de la evidente importancia de la calidad percibida- sino porque su gusto -el de mi abuelo-, su paladar, estaba "hecho" al tipo de vino de su zona. Y ahí es donde debemos, o al menos me gustaría entender, esa devoción por lo propio.

Nuestras preferencias alimenticias en la vida adulta vienen precedidas de la variedad en la alimentación temprana, haciendo complicado la posterior penetración de nuevos alimentos si no se atienen a nuestros gustos. Por ello, si lo que consideramos bueno, y por tanto, nos gusta, es lo que hemos probado durante nuestro aprendizaje gastronómico, no podemos permitirnos el lujo de fallar en la educación de los jóvenes en la cultura del vino -o cualquier otro alimento-. Ejemplos como el de la Fundación Alicia deben ponerse en valor y servir de referente al sector vinícola en la forma de promover un consumo inteligente, saludable y moderado. ¡Cuánto queda por hacer por la innovación en el vino!

Creo que el pensamiento es válido. Y si no, al menos me ayuda a entender y acordarme hoy de mi abuelo, ¡qué carajo!.C

lunes, 20 de julio de 2009

Cansancio

Quizá es el calor. Pero qué pocas ganas tengo de trabajar esta noche. ¿Le ocurre a alguien más?.

En fin, si hay momentos en lo que necesitas descansar hasta de aquello con lo que más disfrutas, por qué nos empeñamos en que nuestros clientes/consumidores/usuarios siempre estén junto a nosotros. Dejemos espacios de relajación en el consumo y usémoslos para recapacitar, coger nuevas fuerzas y mejorar nuestra experiencia de marca.

¿Es bueno que aquellos que confían plenamente en nuestras marcas conozcan y experimenten con otras? Bueno, recapacitemos, al menos pongámoslo difícil, entretengámosles.

Si aceptamos, más nos vale, que una generación de nuevos consumidores actuales y todas las venideras estarán a un solo click de la competencia, debemos presentarnos como complemento para su estilo de vida. Que no se aburran con nosotros.

Asumamos que el nuevo consumidor tiene la infidelidad tan accesible a través de internet ,que conoce todo, tiene un camino abierto a lo que quiera. Querrán que nos renovemos constantemente, si no, click y a otro.

¿Cómo conseguir la supervivencia? Conociendo sus modos de vida, qué vinculos les unen, qué apegos más profundos tienen con los nuevos modelos de consumo, comprando con ellos, jugando con ellos, aprendiendo con ellos, sufriendo con ellos, ...

Sólo de esta forma y haciéndolo de una manera entretenida lograremos el objetivo. Para aburrirse ya están las soporíferas noches de verano

Hasta mañ ....
grgrgrgrgrgrgrgrgrgrgr, fffffffffffffffffffffffff, grgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrgrg, fffffffffffffffffffffffffff
C

domingo, 19 de julio de 2009

Comunicación y pensamiento


Cuántas grandes ideas innovadoras tiradas por el desague de la incomprensión. Pero ¿quién falla, el que comunica, que no se hace comprender a través de discursos fatuos y enrevesados, o el aturdido espectador de la innovación que no acaba de ver su utilidad ni satisfecha su necesidad? Simplicidad, por favor, simplicidad.

Lo dejo como reflexión de domingo ante la lectura en la revista Mercurio de la crítica que Iñaki Esteban hace de God&Gun, Apuntes de polemología, del ínclito Rafael Sánchez Ferlosio.

Me interesa lo que dice -abajo en cursiva-, al servir como idea de base al modelo de comunicación que se sigue para la introducción de innovaciones al mercado:

"... y porque confundir pensamiento y comunicación resulta letal para el primero. No obstante, prescindir del elemento comunicativo -Sócrates y la retórica nunca lo hicieron- puede resultar a veces desasosegante"

No puedo estar más de acuerdo. Especialmente cuando en los últimos meses me he enfrentado a fantásticos proyectos faltos de la adecuada comuncicación, pero dotados de un pensamiento trascendente y de gran intensidad práctica.

Seguimos pensando ;-)
C







sábado, 18 de julio de 2009

Ampliando fronteras de aprendizaje

Una de las áreas de conocimiento a las que más horas estoy dedicando últimamente es la sociología. Debo reconocer que es un ámbito en el que no había profundizado demasiado, más allá de lo estudiado en Derecho, los postgrados en marketing, estudios sobre tendencias, libros actuales sobre el valor de internet, lo 2.0 y demás, ... , pero adentrarme en ella me ha enganchado, lo admito.

El beneficio que estoy obteniendo -desde los primeros momentos, además- repercute extraordinariamente a todos los proyecto de construcción de marca en los que mi equipo y yo estamos enfrascados.

Hasta ahora el planteamiento que venía utilizando tenía que ver más con estrategias estándar de comunicación y diseño, dejando un poco de lado la profunidad de pensamiento orientado a la sociedad, el ser humano y su comportamiento. Espero mejorar así.

Donde más lo estamos apreciando es en la creciente importancia que otorgamos a los estilos de vida y su aplicación práctica a la hora de mejorar los resultados de las compañías -no existe demasiada bibliografía sobre el tema-. Analizar y comprender el funcionamiento profundo de la sociedad, sus grupos, comunidades, idiosincracias, consumos, necesidades, ...

Reconozco que en este proceso de ampliar las miras del conocimiento que aplico en la actividad diaria, también estoy intentando aprender más sobre ciencia y tecnología para construir marcas alrededor de estas disciplinas, especialmente con el fin de crear un modelo de comercialización y comunicación de la innovación.

Y en menor medida, por la intensidad de la profundidad del estudio -el tiempo es finito y mi capacidad limitada- no por su importancia, leer sobre filosofía me está ayudando a replantear la importancia de definir sólidas ideas de base para aquellas marcas sobre las que tenemos influencia -para terceros en Vinomio y las propias en mis otras aventuras empresariales utópicas :-) -

A seguir aprendiendo
C


jueves, 16 de julio de 2009

No hay tiempo

Hoy sólo Twitter. Simplicidad.
Acciones básicas y primarias, ¿por qué no? A veces no hay tiempo para más, sobre todo si tienes una familia a la que atender.
El próximo post, la teoria de las élites y las marcas.

C

miércoles, 15 de julio de 2009

Pongamos en valor al consumidor, conversemos


Traigo a la memoria una interesante respuesta de Lluís Bassat en una entrevista donde entre muchas cosas, afirma lo siguiente:

"Una de las enfermedades más graves que ha sufrido el mundo de la comunicación es preguntar todo al consumidor. El consumidor no sabe lo que le gustará mañana. Si a las chicas de 15-25 años les hubiéramos preguntado si estarían dispuestas a llevar en invierno pantalones muy bajos, un jersey muy alto, incluso enseñando algún michelín, el cien por cien hubiera dicho que no. No todo se puede investigar. Es labor de los creadores aportar nuevas ideas. Si seguimos la opinión de los consumidores, siempre haremos lo que ya está hecho. Lo que le gusta es lo que hoy se está utilizando. El mundo se mueve por la innovación, que tiene que venir de una mente creativa capaz de proponerlo e, incluso, de imponerlo; de convencer a la gente para que adopte su idea".

La entrevista es reciente, diciembre el pasado año. Puntualizo el aspecto temporal porque, estando totalmente de acuerdo con lo que apunta, creo que hay un matiz que se olvida entre tan interesante reflexión. Especialmente si observamos el importante auge que están obteniendo, en el ámbito del fomento de la innovación, proyectos de gestión de conocimiento y conexión de inteligencias. Uno de ellos que he podido vivir bastante de cerca y que sirve como ejemplo a esta idea es Gnoss.

Incorporemos a todas aquellas personas que puedan sumar aportando experiencia y conocimiento en el proceso de la innovación. Estudiemos en profundidad la conectividad existente entre distintos grupos y comunidades -de usuarios, de consumidores, seguidores de marcas, amigos, aficionados a algo, ...- y nuestras marcas, para impulsar nuevas herramientas de transformación social, económica, educativa, consumo inteligente, de mercado, procesos, ...

¿Quién puede opinar sobre un modelo de educación, sólo los profesores? También habrá que tener en cuenta al estudiante. Al menos él lo dice en Tuenti :-)

¿Quién puede opinar sobre el uso de una nueva tecnología? También habrá que valorar la opinión de sus usuarios como hace la comunidad de Genexus.

Apostemos por los creadores, utópicos y soñadores que conciben nuevos usos, nuevas herramientas, nuevas ideas, ... Pero además, por quien hace uso y disfruta de los productos y servicios, que está, y más en estos momentos del fenómeno "2.0", interesado en transmitir sus opiniones y se encuentra dotado de una tremenda capacidad para compartir su conocimiento a través de internet.

Creo que podemos estar de acuerdo en que el impulso dentro de las organizaciones para fomentar una cultura innovadora tiene que venir desde la propia dirección -qué estupendo juego va a dar hablar el post que tengo pensado escribir el viernes sobre las élites- , pero no desechemos el poder de la conversación con el cliente (gracias @amangado por tu persitencia).

A recapacitar
C

martes, 14 de julio de 2009

Un poco de filosofía

Después de un día en el que he hablado más de lo que he escuchando, creo que debo leer en lugar de escribir.

Para ello tengo entre mis manos un divertido libro llamado "Platón y un ornitorrinco entran en un bar ... ". A ver si disfruto de él un par de horas. La filosofía explicada a través del humor de dos sexagenarios que estudiaron esta ciencia hace más de cuarenta años en Harvard.

Bueno, digo sólo una cosa más al hilo de este tema, sobre las marcas, claro. Tengo pendiente la revisión de otro libro, Philosophy of branding. Principios filosóficos aplicados a la gestión y construción de marcas. Ameno y, sobre todo, innovador a la hora de introducir nuevas perspectivas de pensamiento en nuestra disciplina.

A leer!!!!
C

lunes, 13 de julio de 2009

¿Sabemos vender España?

Siempre que viajo pruebo la gastronomía local, imagino que como casi todo el mundo, esto no tiene mucho interés. Pero sí lo tiene el que, tras disfrutar de ella, es de las pocas cosas que te permitirán volver a experimentar sensaciones físicas y emocionales del viaje una vez vuelvas a tu lugar de residencia.

Los productos gastronómicos, vinos, delicias, ..., comprados en su lugar de origen, en tu ciudad, disfrutados en un restaurante con platos de ese país o región, o adquiridos por internet, te hacen revivir parte de la experiencia. Pero en España parece que nos hemos dado cuenta hace muy poco tiempo del valor de nuestra gastronomía como potenciador del recuerdo por la estancia en nuestro país. Unas veces porque ciertas trabas sanitarias nos lo impedían (productos cárnicos especialmente), otras por nuestra poca disposición a viajar al exterior con fines comerciales (algo se va mejorando, hay que reconocerlo) y otras porque intentamos destrozar nuestros propios iconos (no hace falta retomar el tema de Santamaría vs Adriá).

No es en absoluto dudoso el reconocimiento internacional del que gozan los italianos cuando exportan la idea de gastronomía (aunque la mayoría de "su" aceite provenga de España, jeje). Todo el mundo está salpicado de restaurantes especializados en su comida.

Parece que por fin aquí empezamos a descubrir el valor del concepto "tapa". Pero el verdadero valor para construir la marca gastronómica&turística&experiencial de España no está en el formato de la comida, está en lo que representa, el imaginario que transmite. Nuestro tapeo, la vida social junto a unos vinitos y unos amiguitos, las cañas de cerveza en terraza, el jaleo, la calle, un estilo de vida que todo aquél que visita España considera envidiable.

Ahí está nuestro principal atractivo, en nuestro estilo de vida. ¿Que la tapa refleja toda esa personalidad y transmite los valores que como marca interesan a un país? Pues apostemos por ella.

Ah, claro, que también hay que hablar de innovación, tecnología, sector terciario, patentes, ..., que se lo digan a Ferrán Adriá. La gastronomía tiene todo eso, y más.

C

domingo, 12 de julio de 2009

Para qué sirve un museo

Vaya respuestas dadas por Richard Armstrong en Babelia. Hasta lo que dice sobre merchandising es toda una lección de argumentos para vender, "permitir que la gente vea el arte de muchas maneras". Añade que tienen pocas pero maravillosas imágenes y deben "hacer de todo para compartirlas". Este tipo de discursos deberían servir a todas aquellas compañías que hacen del diseño uno de las bases estratégicas en su plan de construcción de marcas. El diseño, el que tiene bases de creación artesanales, profundas y que se llevan a cabo a través de multitud de soportes, también se considera arte. Pensemos en un ejemplo actual, la exposición de Mariscal en el Design Museum de Londres.

Su respuesta al título de este blog también debe hacer recapacitar sobre la importancia de la gestión de la experiencia del consumidor en el retail, las instalaciones de nuestra empresa o la página web: " ... un lugar donde se generan grandes ideas y al mismo tiempo donde se celebran las grandes conquistas. Una fábrica de ideas silenciosas que también sirva como santuario no estático".

Y qué pensar sobre la perdurabilidad de las obras de artes. Sentencia, "Uno de los puntos fuertes de un museo es que las obras que hay en él siempre están ahí, cuando las ves de niño o de adulto"

Cómo podemos ser capaces de no generar una "experiencia museística a lo Armstrong" (sic) a todo aquél que nos visita allí donde vendemos, ya sea una tienda, un restaurante, una bodega, una playa, o la consulta del traumatólogo. Entendiendo como tal aquella que es capaz de llevarnos más allá de lo que pensamos sentir en el tiempo que dedicamos a comprar/comer/beber/bañarse/curarnos, que nos lleva a la frontera de nuestra percepción y nos obliga a pensar y apreciar para lo que sirve nuestra presencia allí.

¿Qué decir de esa idea tan sencilla (simplicidad, ya sabéis ;-) ) de la intemporalidad de las obras de arte, de las marcas? Por qué no dedicar nuestros mejores recursos a construir una relación indefinida entre marca y persona, a conseguir que aquella permanezca el mayor tiempo posible en la vida de nuestros clientes o consumidores. ¿Es posible destruir la teoría del ciclo de vida de las marcas? ¿Existen marcas sin ciclo de vida? Quizá continuar por estos derroteros sea demasiado para una tarde calurosa de domingo, el sonido del chapotear de los niños en la piscina y muchas más cosas que hacer. Sin embargo, no dudo de que merece mayor reflexión.

En fin, pensamientos lúcidos y cargados de emoción como los de Richard Armstrong deben aprovecharse para sacar conclusiones en nuestro día a día.

C

viernes, 10 de julio de 2009

Gratas sorpresas

Ciertamente resulta extraño, sorpredente y halagador recibir algo escrito a mano. Intento explicarme.

Al acudir al despacho esta tarde, tras un par de días fuera, y recoger alguna documentación de trabajo para este fin de semana, he abierto una carta dirigida a mí que una compañera del equipo había dejado encima del portátil de mi mesa.

Es verdad que normalemte recibo cartas en las que te envían invitaciones a eventos o alguna acción de marketing directo, vamos, lo normal. Pero ésta tenía algo especial, mi nombre y el del remitente escrito a mano (cuando lo normal es que esté escrito sobre una pegatina) y un grosor considerable. Era el curriculum vitae de un periodista, con un documento redactado usando un procesador de textos, pero con una carta personal manuscrita.

Cuando hace tiempo leí cierta documentación sobre tendencias para los próximos años (no tengo acceso ahora al documento, pero lo adjuntaré en una futura actualización), reconozco que hubo una que me llamó especialmente la atención: la vuelta a la correspondencia manuscrita, siendo ésta definida por cierta consideración del remitente hacia su futuro lector. Se considera un lujo, quizá por el tiempo empleado, pero para mí también por la dedicación en expresarte cómo eres, a través de la escritura. Ser a través de tus trazos, del roce de la pluma en el papel, en lugar de con el uso de bits, unos y ceros, o como se diga :-).

Pero ahí no queda la cosa, resulta que hace un par de semanas recibimos de una colaboradora la maqueta para la publicación de un folleto y adjuntas iban las anotaciones en otro documento escrito a mano. No un email haciendo referencia al paquete enviado o un papel en word impreso, no, manuscritas.

Y por último, al menos por ahora, el detalle de una compañera cuando durante un viaje a Londres con un cliente el pasado mayo nos envió desde allí una postal. ¿Sintió que nos apreciaba más si, en vez de mandarnos emails desde allí, nos recordaba que todavía podía perder algo de tiempo en nosotros comprando una postal, escribiendo una dedicatoria, pegando un sello, buscando un buzón y esperando una sonrisa cómplice al recibirla en la oficina? Olvido un pequeño detalle de esta anécdota, la postal nos llegó hace apenas un par de días. Dos meses de viaje. Poco práctico, pero llegó, una idea romántica ¿verdad?



jueves, 9 de julio de 2009

¿Pensamientos afines?

Hola,

Hoy sólo quería hacer referencia a un par de situaciones curiosas, por la coincidencia, que me sucedieron ayer y que, por gratificantes, me hacen sentir bien.

En el anterior post hablaba sobre la transformación del consumo. Bueno, pues ayer dió la casualidad que escuchando Hora 25 en la Cadena Ser se comentaba, utilizando el mismo argumento, cómo se está transformando el placer (parte final del audio, de una estupenda hora hablando sobre los nuevos hábitos de consumo en España).

Y cuál fue mi sorpresa cuando, mientras escuchaba la radio y abría parte de los mails recibidos, observo que el equipo de Infonomía, en su nuevo Update para este trimestre, van a utilizar algunas de las ideas de Schumpeter. Habrá que asistir para saber si utilizan el mismo camino de la "destrucción creativa" u otros nuevos, que para eso están ellos, para descubrirnos nuevas formas de pensar la sociedad.


Así que son estas cosas las que animan a seguir plasmando ideas en este blog. Cuando encuentras gente, mucho más inteligente que tú, que sigue las mismas estelas, algo bueno pasa. Al menos te hace cargar nuevas energías para seguir escribiendo aquí.

A ver si somos muchos los que coincidimos en las ideas base, y los que no, que también lo digan. El diálogo y la discusión son las mejores formas para adelantar al inconformismo.

C

miércoles, 8 de julio de 2009

El consumo, como la energía

Para hoy una idea que utilizamos como argumento en Vinomio:

Siguiendo la Ley de la conservación de la energía, simplificando, la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Bueno, y algo más de explicación, como diría mi amigo Mariano Fernández, pero eso lo dejamos a los científicos como él.

Para todo nosotros, el consumo ni se crea ni se destruye, sólo se transforma mediante una horizontalización de la demanda, sustituyendo unas marcas por otras, intercambiando unas necesidades por otras, no aumentándolas ni disminuyéndolas. Queriendo, y esa es la gran palabra -querer, no necesitar- probar menos de más cosas.

Voy menos al cine porque compro más fútbol en pay per view, ceno menos fuera porque organizo eventos en casa donde invito a amigos, voy menos días de vacaciones pero a más sitios, duermo en hoteles más baratos porque voy a visitar mejores restaurantes, descargo canciones porque ahorro para ir a un conciertos de mis grupos favoritos, ...

Si es así, nosotros así lo creemos, ¿por qué nos empeñamos en comunicar las marcas y sus experiencias de la misma manera?. Transformémonos con ellas, vivamos donde ellas viven, pisemos la calle, testemos, analicemos, descubramos las tendencias por nosotros mismos, viajemos, ...

Pensemos en ello, ¿vale?.
C

martes, 7 de julio de 2009

Libros, lugares, personas y vinos




Libros para aprender, lugares para conocer, personas para saber, vinos para compartir. Esta es una de mis máximas que cada vez intento poner más en práctica.

En estos momentos estoy analizando el discurso público de aquellos arquitectos con mayor reconocimiento mediático. De todos modos, no habría que desechar organizar una reunión para dialogar con aquellos que realmente hacen ciudad, entendiendo por ésto un urbanismo sostenible y social, uniéndolos con urbanistas, geógrafos, sociólogos, comerciantes, jubilados, niños, amantes de la bici, mujeres de altos tacones, ...

Siempre me ha interesado la arquitectura por su lógica afinidad con la construcción de marcas, una de mis principales ocupaciones diarias. Este trabajo, crear los cimientos de una marca, encierra muchos de los aspectos que todo arquitecto debe contemplar a la hora de definir un edificio. Así, conocer el lugar&mercado donde va edificarse&competir, comprender a los vecinos&consumidores que van a disfrutar&comprar, analizar el impacto&notoriedad que tendrá en la ciudad, concebir la habitabilidad&uso que se le va a dar, crear una atmósfera&experiencia diferente de cuanto exista hasta entonces, y así hasta un sinfín de dobles vínculos, maravillosos vínculos que hacen de la profesión de arquitecto&brander (sic) una de las más enriquecedores.

Traigo aquí una de las reflexiones que del trabajo de arquitecto, Ricardo Bofill en este caso, más me han emocionado. Las recogía El País, en su edición de Cataluña:

"Empiezo a trabajar siempre con un lápiz y una página en blanco. Me encierro dos días aquí, en el despacho, y sin otras referencias me pongo a trabajar. Solo, porque la arquitectura es cosa de equipo, pero cuando defines el concepto y tienes que plasmar en una línea la síntesis de las ideas de un proyecto estás solo, contigo mismo, con tu experiencia y lo que sabes. Esta parte de definir mentalmente lo que quieres es lo que más me gusta de mi trabajo, lo más difícil y lo más bonito. Es la parte mágica de la arquitectura, lo más creativo"
No puedo estar más de acuerdo. La arquitectura, el arte, el diseño, las marcas, deben significar la más pura búsqueda de la simplicidad. Qué complejo es conseguirla.
C

lunes, 6 de julio de 2009

Dónde tener ideas



Acabo de caer en la cuenta de que una promesa aquí escrita, puede crear determinadas expectativas, que en gran medida no creo poder satisfacer. Cuando en el anterior post indicaba que habría algo especial en éste, sólo pensaba en mí.

Este sábado conduje un par de horas bajo el deseo de sentir una de mis experiencias favoritas, pasear por una playa desierta con mal tiempo. No concibo nada mejor para relajarse que pasear por una playa vacía viendo cómo las gaviotas extienden sus increibles alas cuando levantan el vuelo, nadie salpica al pasar a tu lado y el silencio toma forma y sentido (porque el sonido permanente del mar es un silencio maravilloso), ... Pero siempre, insisto, siempre el principal requerimiento es el tiempo, el mal tiempo. Necesito que lo adverso esté presente, nubes con todos la gama de grises posibles, suave lluvia, frescor, brisa. Ahí se piensa. Cuando por momentos consigues estar en blanco, sientes la naturaleza virgen, creada sólo para tí.

Olvidas por qué estás ahí, olvidas quién te espera. Todos tus sentidos están dedicados a sentir, que aunque parezca una perogrullada, escasas son las veces en las que verdaderamente lo hacemos llevados por la incesante obligación que nos creamos de estar siempre activos. ¡Qué fabuloso es perder el tiempo! ¿Perder? A menudo echas de menos un papel donde anotar todo lo que fluye, aunque yo prefiero no hacerlo. Sólo pretendo cargar las baterías.

De esta forma, un supuesto lugar buscado para crear al que acudes con la esperanza de que "te inspire", se convierte en un lugar para sentir y energizarte. Y es aquí donde te preguntas si de veras hay que buscar que nuestro día a día discurra en espacios donde sólo se produzca y se cree, o también se sienta, se innove y logres emocionarte. Cada día tienes que despertar pensando en ir a una playa desierta con mal tiempo, luego ya producirás ;-)

Al que lea, gracias por dejarme compartir con él mis momentos especiales.
C

Pd. ¿Por qué es tan difícil que algunos destinos turísticos o ciudades de interés no sepan vender la posiblidad de ser concebidas para hacerte sentir "el único"? Otro día hablamos del branding de lugares

sábado, 4 de julio de 2009

Se puede ser como José Tomás torea

No tengo especial predilección por el enaltecimiento superfluo de las personas, más allá del justo reconocimiento de las labores que desempeñan y valorar el éxito profesional o personal que pueden obtener de ello.

Pero debo reconocer que existe una figura que me llama muchísimo la atención y en la que creo ver representados determinados valores que me gustan, también para las marcas.

Como del título de este post se desprende, es José Tomás, torero. Creo que hablar de toros aquí no tiene ningún sentido, sobre todo cuando lo que quiero mencionar es una serie de virtudes que emanan de su imagen exterior.

Valentía unida a temeridad, estética y muerte en cada acción, el respeto y la búsqueda de la tradición, la obsesión en tu vida privada elevada a pública, el seguimiento del favor del público, el afán por preservar la autenticidad de un arte, ...

Así, aplicándolo a nuestros campo, las marcas deben ser valientes ante los cambios profundos en los modelos de consumo que están sucendiendo en la actualidad, la temeridad, en ocasiones también es bienvenida (el que no arriesga no gana).

El cuidado por el diseño (somos lo que nos ven) ,entendiendo que hay un momento de verdad en cada mirada que el consumidor dirige hacia nuestra marca en cualquiera de los puntos de contacto con los que genere relación.

No olvidando nunca de dónde venimos, nuestros comienzos deben hacernos ser humildes y respetuosos con los que nos enseñaron.

Todo aquello que queremos para nuestras marcas debemos ofrecerlo externamente. Si nos tratamos bien, tratemos bien.

El consumidor es un pilar sobre el que sustentar nuestra existencia como marca, sin él, se acabó todo.

Y por último, desde la autenticidad, intentar que todo aquello que ofrecemos a través de nuestra marca sea lo que se espera de ella. Rechacemos intermediarios que no comparten nuestros valores, nuestras ideas. Aquellas personas que sólo miren la rentabilidad económica nos elevarán a los altares de la Reina Promoción, cuando donde debería estar nuestra marca es en el diván del Rey José Tomás.

Olé, buenas noches y buen fin de semana dedicado a las reinas de la casa, Nuria y Claudia.
Mañana sábado no habrá post, pero el domingo uno realmente especial.
C

jueves, 2 de julio de 2009

Marcas Plop vs Marcas Splash

Revisando la estupenda publicación de la Comisión Europea, research*eu, en el número de junio de 2007, encuentro una interesante analogía a aplicar en las marcas.

Se cuenta en un breve cómo unos investigadores del CNRS/Universidad de Lyon 1 "han demostrado que la velocidad del impacto de una piedra tiene que superar un cierto umbral para que se oiga un splash". Dependiendo, y ahí está el valor, "del estado de la superficie de la piedra".

Nos enseñan las diferencias entre la entrada en el agua de una canica hidrófila de cristal pulido, que hace un pequeño Plop al atraer el agua, y una canica hidrófoba que hace Splash al repelerla. Es decir demuestran cómo con unos pequeños nanómetros de espesor con un revestimiento de silano la diferencia -Splash- es extraordinaria. Por tanto, detalles microscópicos afectan macroscópicamente, contradiciendo explicaciones físicas anteriores de este tipo de fenómenos.

Pensemos en su aplicación al mundo del branding. ¿Puede suceder que detalles nimios para los empresas propietarias de éstas afecten a una gran masa de consumidores con consecuencias incalculables? ¿Cuántas consideraciones anteriores a los nuevos modelos de construcción de marcas 2.0 (vinculados por tanto al poder comunicador del consumidor) deben repensarse y ser expuestos a un examen crítico?

Cuántas marcas quieren ser Plop, clientófilas (si se me permite el barbarismo), pero no ponen nada de su parte, no pulen sus puntos de contacto con el cliente/consumidor. La consecuencia, y más en la actual perspectiva de la construcción social de las marcas (branding 2.0), es una marca Splash, clientófoba (;-) barbarismo)

En nuestra mano está trabajar para que el consumidor no nos repela y quiera que le tratemos como las canicas de cristal pulido al agua.

Da qué pensar, ¿verdad?
C

miércoles, 1 de julio de 2009

Cuestión de confianza o elección, como prefieras

Confiar es elegir. La dificultad se encuentra siempre en seleccionar las personas, marcas o lugares que te acompañan en el día a día. Hay veces que la apuesta no es la acertada con la consiguiente pérdida del tiempo invertido en la relación. Pero bueno, siempre se pueden sacar conclusiones de lo sucedido.

No creo que haya que sentir frustración cuando ha habido un intento legítimo por conseguir un provecho común, emocional, económico, de aprendizaje, ... . Aunque siempre quedará la eterna duda de qué habría sucedido si la confianza hubiera perdurado un instante más junto a las emociones, cuando no se es excesivamente objetivo.

En lo personal, haciendo un pequeño repaso de mis relaciones con las personas que me rodean y de cómo he fallado y me han fallado, nunca he tenido la sensación de hacer algo perjudicial hacia otros con voluntad de hacer mal, como nunca he sentido que otros buscaran tal fin conmigo. Lo que sí he sentido es el desengaño de que algo que podría haber sido extraordinario, no llegara a buen puerto por la falta de confianza. Con las marcas me sucede algo parecido, he apostado siempre por aquellas que me la transmitían. Cuando algo ha fallado, error compartido, elegí mal y la marca mostró equívocamente su capacidad de retención, no había emoción.

Así, a la confianza, a la elección, cuando les unimos emoción con capacidad de engarce, las convertimos en el recurso más potente. Nace la credibilidad.

En lo profesional, los que trabajamos en la construcción de marcas debemos dotarnos de una fuerte dosis de confianza en lo que hacemos pues las decisiones que tomamos afectan fabulosamente en las personas. Ahí radica buena parte del éxito de nuestro trabajo, en la correcta elección de las herramientas que permitan dotar de significado, diferenciación, credibilidad, emoción, notoriedad y capacidad de recuerdo a las marcas. Que el consumidor confíe, que elija la nuestra. Y que permanezca junto a ella con emoción recíproca.

Vaya juego que ha dado el binomio confianza&elección !!!!
Buenas y optimistas noches para los que confían, para los que elijen.
C

Lowxury

Una de mis aficiones para las largas noches de calor es la creación de neologismos, la búsqueda de nuevos conceptos que reflejen nuevas realidades.

El último ha sido "Lowxury".

Lo importante para que un nuevo concepto trascienda y pueda cobrar protagonismo es su identificación con un hecho de relevancia en la sociedad Así, uniendo la idea de lowcost con luxury, nace este nuevo término. Creo que es evidente que cada vez más están apareciendo señales que indican un retraimiento en los vínculos emocionales que el lujo tradicional tenía hasta ahora y que aquellas marcas que consigan ofrecer los mismos valores de manera accesible (no sólo la variable precio es importante) para un público más amplio tienen un magnífico panorama ante ellos.

En el caso de Lowxury se persigue, además de esa primera acepción, una segunda que tiene que ver con la experiencia de marca. La relación vivencial desde la perspectiva del usuario. Tener la opción de disfrutar determinadas experiencias que no tienen por qué resultar caras, inaccesibles, exclusivistas, apegadas a una rancia tradición, ... Conseguir que estos aspectos del lujo se conviertan en asumibles para una mayor cantidad de consumidores.

Y como creo que la mejor forma de explicarlo es con el ejemplo, aquí propongo algunos que permiten comprender el concepto, ampliando las fronteras del lujo tradicional, llevándolas a las sensaciones, sentimientos y pertenencia a un grupo tan presente en sus valores clásicos. No hace mucho tiempo realizamos en Vinomio un curso de cocina en Bodegas Murúa de Elciego. Un grupo de personas aprendieron a cocinar platos tradicionales de La Rioja junto a un cocinero local, posteriormente los asitentes disfrutaron de la cena, admiraron la estupenda colección de arte de la bodega, cataron los vinos, ... y todo por el coste medio de una cena en un restaurante. ¿Un lujo? No, lowxury

Otro ejemplo para los amantes del vino. ¿Que quieres probar los vinos más representativos de todo el mundo? ¿Por qué no acudir a una feria como Vinexpo (de reciente celebración) para catarlos? Muchas bodegas están ansiosas de recibir a buenos aficionados en sus stands de diseño, por lo que facilitan numerosas invitaciones. Reservar una económica habitación en cualquier FastHotel de la zona, cenar una pizza de pato en la idílica plaza del centro de Saint Emilion (uno de los pueblos más bellos del mundo) y volver al quehacer diario. Un día y medio, 100 € por persona y una perfecta experiencia lowxury.


Y uno más. Acudir a Expomanagment puede ser un lujo para algunos profesionales, pero pasar un par de días en Madrid escuchando el ciclo de conferencias paralelas (gratuitas) de algunas de las mejores expertos en management del país, ¿eso no es lowxury?

Se me olvidaba. Como vemos desde el primer post, la simplicidad sigue siendo la mejor herramienta para disfrutar de todas estas cosas. Estos ejemplos están accesible a tan solo un par de clicks, ¡Viva internet y lo fácil que hace poder disfrutar del Lowxury ;-)!

Ya iremos apuntando más. Otro día cuento la historia de otro neologismo propio " Happing", ahora bajo el paraguas de Coca-Cola

C