Acabo de caer en la cuenta de que una promesa aquí escrita, puede crear determinadas expectativas, que en gran medida no creo poder satisfacer. Cuando en el anterior post indicaba que habría algo especial en éste, sólo pensaba en mí.
Este sábado conduje un par de horas bajo el deseo de sentir una de mis experiencias favoritas, pasear por una playa desierta con mal tiempo. No concibo nada mejor para relajarse que pasear por una playa vacía viendo cómo las gaviotas extienden sus increibles alas cuando levantan el vuelo, nadie salpica al pasar a tu lado y el silencio toma forma y sentido (porque el sonido permanente del mar es un silencio maravilloso), ... Pero siempre, insisto, siempre el principal requerimiento es el tiempo, el mal tiempo. Necesito que lo adverso esté presente, nubes con todos la gama de grises posibles, suave lluvia, frescor, brisa. Ahí se piensa. Cuando por momentos consigues estar en blanco, sientes la naturaleza virgen, creada sólo para tí.
Olvidas por qué estás ahí, olvidas quién te espera. Todos tus sentidos están dedicados a sentir, que aunque parezca una perogrullada, escasas son las veces en las que verdaderamente lo hacemos llevados por la incesante obligación que nos creamos de estar siempre activos. ¡Qué fabuloso es perder el tiempo! ¿Perder? A menudo echas de menos un papel donde anotar todo lo que fluye, aunque yo prefiero no hacerlo. Sólo pretendo cargar las baterías.
De esta forma, un supuesto lugar buscado para crear al que acudes con la esperanza de que "te inspire", se convierte en un lugar para sentir y energizarte. Y es aquí donde te preguntas si de veras hay que buscar que nuestro día a día discurra en espacios donde sólo se produzca y se cree, o también se sienta, se innove y logres emocionarte. Cada día tienes que despertar pensando en ir a una playa desierta con mal tiempo, luego ya producirás ;-)
Al que lea, gracias por dejarme compartir con él mis momentos especiales.
C
Pd. ¿Por qué es tan difícil que algunos destinos turísticos o ciudades de interés no sepan vender la posiblidad de ser concebidas para hacerte sentir "el único"? Otro día hablamos del branding de lugares
Uhm... La playa... El mejor chill-out del mundo!
ResponderEliminarMe encanta el placer de las cosas sencillas, de la madre naturaleza, del atardecer y amanecer -claro-, del ¿qué pequeño soy en este mundo infinito?...
Es el punto de partida, punto de salida, retroceder sólo para coger impulso, ready, steady....& go!
Hay lugares donde se agradece estar en soledad, como en esa playa. Compartirlos en este blog también es una forma de disfrutar con los demás.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios Rach
C