sábado, 26 de diciembre de 2009

El humanismo en la empresa

Da gusto escuchar a personas con capacidad de influir en los ejecutivos, como Santiago Íñiguez, rector de la IE University, hablando de la necesidad de vincular el arte y la empresa -me gusta que también hable de diseño y Bauhaus-.

Escribí desde esta misma perspectiva humanista en un post anterior y me alegra volver a encontrarme con ideas afines.

Llevo desde hace tiempo -creo que su término se antoja muy lejano- investigando en las ciencias blandas y su aplicación en el campo de las marcas, el branding y todas las labores marketinianas anexas. Buscando respuestas e ideas que sustenten, con razonamientos inteligentes y de profundidad, argumentos de apoyo a la labor de las marcas y los mecanismos para su construcción, dentro de una sostenibilidad -muy de moda, lo se- emocional. Es decir, que las marcas construyan cultura, estilos de vida, comunidades y creencias; no equívocos comerciales y problemas psicológicos.

Sólo quería comentarlo, así que ... dicho queda.

C

Actualización 28/12/09 (mal día para ser creíble :-)): Viene a mi memoria después de escribir este post una magnífica jornada de charla de hace unos días con José Carlos Balanza, artista, pintor, escultor, conversador, ..., que ayudó a deleitarme en las ideas del tiempo y lo infinito. En cómo el arte, lo conceptual, tiene cabida en el mundo de las marcas. Y no sólo eso, es necesario. Sin saber qué eres y qué quieres ser no hay capacidad de ser creíble y honesto con uno mismo. Sin saber qué marca eres y qué marca quieres ser no hay capacidad de ser una marca creíble y honesta .....


jueves, 24 de diciembre de 2009

¿Qué es para ti una marca? (meme)


Toda cristalización, todo proceso de búsqueda de la esencia de aquello a lo que dedicas gran parte de tu pensamiento, encierra un arriesgado ejercicio de exposición pública de ti mismo. Puede que sea éste el caso del actual post.

Siguiendo esta especie de Hilo de Ariadna, iniciado desde MarketingTakeAway, al que he sido invitado amablemente (ejem, ejem :-)) por Juan Boronat desde su LasBlogEnPunto, y que busca, como aquél, liberar algo, en este caso las ideas existentes alrededor del término marca/brand; aportaré mi punto de vista.

Me inspiro en el vago recuerdo de una lectura de Savater en un artículo dominical de hace años donde diferenciaba entre saberes y creencias. Sirva de indicio para mi definición:

Una marca es la combinación duradera de características físicas y recursos emocionales e imaginativos que nos hace "saber" que tenemos que "creer" en lo que nos ofrece

El verdadero poder de atracción, el que te hace imaginar, reside en aquello con lo que comenzamos sabiendo y concluimos creyendo en él.

La creencia, además, como fidelización límite, siendo capaz de sacrificarte y renunciar a marcas con mejores ofertas objetivas. Llegaremos a incluirla en nuestro imaginario -ideales, fantasías, ilusiones, pensamiento más profundos- y en la práctica de nuestro estilo de vida, si sabemos que puede ser parte de ellos. De ahí la importancia del papel de tutor que toda marca debe asumir dentro de su condición.

Ahí reside el verdadero significado de una marca, en la creación de un puente entre el razonamiento y la conmoción, ese sobresalto emocional cada vez que te enfrentas a su experiencia.

En fin, ..., digo yo :-)))))

C

Pd. Ahora le envío el ovillo de hilo a Ricardo Moreno, estupendo estratega de los necesarios planes de negocio que toda marca de éxito necesita tener.


lunes, 7 de diciembre de 2009

¿Podemos confiar en las marcas?


Es evidente que, a fuerza de relacionarte con más personas, la probabilidad de resultar herido emocionalmente aumenta de manera vertiginosa. Como resultado, aquello que viene de serie con grandes cargas afectivas, la amistad, ve peligrar constantemente su existencia.

Una de las mejores retratos que de ella he descubierto recientemente me fue brindado en un artículo de este mismo fin de semana:


Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y discutieron. Uno acabó dando al otro una bofetada. El ofendido se agachó y escribió con sus dedos en la arena: “Hoy mi mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en la cara”.

Continuaron el trayecto y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y herido empezó a ahogarse. El otro se lanzó a salvarlo. Al recuperarse del posible ahogamiento, tomó un estilete y empezó a grabar unas palabras en una enorme piedra. Al acabar se podía leer: “Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida”.

Intrigado su amigo, le preguntó:

–¿Por qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?

Sonriente, el otro respondió:

–Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargará de borrarla y olvidarla. En cambio, cuando un gran amigo nos ayuda o nos ocurre algo grandioso, es preciso grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna parte del mundo podrá borrarlo.


Confiar en alguien implica esperar algo futuro de él, pero también permite mantener perenne y constante la relación. Del mismo modo, esperamos algo de las marcas, por tanto, confiamos en ellas buscando una especie de complacencia al repetir nuestra selección. Ratificamos nuestra amistad con ellas y esperamos que una venidera experiencia de marca nos reconforte tanto o más que las anteriores.

Pero ¿aceptamos su bofetada? Sólo de aquellas que estén grabadas en la roca de nuestras emociones -que aunque parezca contradictorio la mezcolanza roca&emociones, aquí viene al pelo :-)-.

¿Por qué no crear el espacio de amistad de las marcas para las que trabajamos? Digo "nuestras" porque creo firmemente en la creación de imaginarios personales que se ven facilitados en su confección por esas, a veces, tan odiadas marcas.

Y tengamos claro una cosa, las marcas no nos engañan -si acaso, nos dejamos engañar-, quieren nuestro dinero. Eso no es malo, es más, sin el plus que pagamos por la construcción de marca no existirían, pero quizá nosotros tampoco. Somos a través de las marcas y de otras muchos aspectos culturales&sociales&educativos&relacionales&familiares& ..., pero de las marcas, también. Algo que intento poner en práctica en los posts que titulo "Marcas que me definen", la del miércoles próximo, Hackett, normal, ¿cómo voy acaso a Balmoral? ;-)))))

C

martes, 10 de noviembre de 2009

En la época de lo efímero, el poder de la imaginación


El título del post es, quizá, la expresión que mejor define la situación actual.

Existe un estilo de vida consensuado socialmente donde prima por encima de todo la imagen de identidad ligera que seduzca al consumidor, incluso sobre el conocimiento de los hechos, las palabras, las personas, ..., las marcas. Marcas, claro, que estimulen la imaginación, no sólo los bolsillos -éstas últimas sólo duran una compra-.

Trabajamos en muchas empresas para construir un paraíso estético de consumo alrededor del placer de los sentidos, la eliminación del dolor, la duda del envejecimiento/sabiduría, prolongando el gozo y la fruición efímera, retrayendo el mal que provocamos a la naturaleza, proporcionamos tónicos socio-relajantes y mejunjes mente-decorativos. Debemos hacer algo para evitarlo, ¿seremos capaces?

El imaginario sobre el que cada uno de nosotros construimos la realidad, con el que organizamos nuestras experiencias, es hermano de la cultura, un continuum. De ahí la importancia de que las marcas que construyamos tengan una elevada carga de simbolismo. La atracción social -2.0- que consigue una identidad coherente y bien definida socialmente es más poderosa que cualquier campaña de medios.

Las redes sociales, las comunidades, las tribus defienden esa identidad, derivándola a categoría en la imaginación del consumidor, aquella que construye las imágenes, no la que las tamiza. Porque la ayuda del grupo permite abstraerse del trabajo de la gente de devorar imágenes gaseosas, apoyándose en su influencia -aceptada y siempre proclive a ser mejorada por los demás (la idea de la wikinomic o mejor, la wikisociety)- para ser más tiempo persona que se sirve de las marcas para ser representado y menos consumidor que se sirve de las marcas para ser persona.

Creemos marcas con identidad cultural, proveedoras de alto contenido simbólico, que permitan aumentar el imaginario de sus consumidores. Ahí radica el fin de lo efímero a través del poder de la imaginación.

¿Demasiado filosófico? Bueno, primero hay que pensarlo, saberlo, creérselo. El segundo paso, implementación. En ello estamos :-)))

C

Pd. Platón decía que la imagen era mera copia imperfecta de la realidad metafísica.


lunes, 2 de noviembre de 2009

Gestionar el silencio, competencia de las marcas del futuro

Sonrío cada vez que alguien me dice,

- Anda, cuéntame algo.

Suele pasar cuando no tienes nada que comentar. Te han pillado.

Aprender a respetar el silencio se convertirá en una herramienta para gestionar las relaciones sociales imprescindible en el futuro. Proporcionar pausas naturales para disponer de tiempo concibiendo redes personales conectados a internet, imprescindibles para vivir en red.

Las relaciones virtuales, que no irreales, sostienen gran parte de nuestros momentos de relación con los demás. Así, cuando alguien que viaja contigo, trabaja en tu despacho o pasa largos ratos a tu lado se descuelga con esa frase, piensas, con el fin de poder hacerte el distraído:

- Qué lástima que no seas virtual :-)))

Igual resulto muy extremo, pero valoro tener en consideración el silencio de uno, su momento de reflexión o de relación online. Adoro las conversaciones, que conste, pero me fastidia que a veces el silencio sea tomado por descortesía, desprecio, secretismo, olvido, ... En mi opinión lo prefiero como muestra de asombro y veneración. Ante una frase, una imagen o un divertido parloteo. Cuando te quedas sin palabras ante la sorpresa de una inteligente y lúcida aparición.

Revisando a Wittgestein, gracias a este estupendo ensayo sobre el silencio, hay que hablar sólo con sentido de la realidad:

"De lo que no se puede hablar, hay que callar"
Tractatus logico-philosophicus

Aunque no lo comparto plenamente, como dije, refiero el silencio por devoción que por ignorancia. Si no sabes, pregunta, continuar callado esperando la respuesta provoca el aprendizaje. A mí me funciona :-)

No deja de sorprenderme la condición de entrada a la escuela pitagorina, varios años de silencio para mostrar no ser incoherente y saber hablar cuando se requiere.

Pero claro, llegamos al consabido final de cada post de los lunes en este blog. ¿Qué hacemos con las marcas, es posible construirlas desde el silencio?

Me gustaría creer que sí. El silencio inteligente estaría justificado para escuchar al cliente y aprender de él. Habiendo tanto donde prestar atención, especialmente con las redes y comunidades sociales, parece evidente su consideración como competencia de futuro en el branding.

Claramente, los espacios de opinión de los usuarios de cualquier marca serán mayores en influencia que aquellos de los que disfrutan tradicionalmente las marcas per se. Y si no, al menos serán más aceptados por el resto de consumidores. La gran mayoría de medios tradicionales pierden poder o desaparecen por escasa adaptación al entorno y problemas en la concepción de su nuevo modelo de negocio. No toman pausa, silencio para aprender.

El silencio como aprendizaje de tu consumidor, como recarga de argumentos para dialogar con él y ofrecer adecuadas plataformas de conversación entre ellos que posibilite a las marcas "estar" sin necesidad de hablar.

Queda abierto el debate silencioso ;-)

C



lunes, 26 de octubre de 2009

Dando forma a las ideas


Ya exiten muchos blogs y mejores que este sencillo y reservado espacio personal, que en el mundo del marketing y el branding en particular, mencionan, citan, aluden y vinculan noticias de interés, casos de utilidad o, los tan de moda últimamente, exitosos virales que descubren las maravillosas bondades de su práctica.

No seré yo quien intente imitar en este blog esas plataformas. Por otro lado, tan interesantes y necesarias para todos aquellos a los que nos dedicamos a esta dichosa profesión de construir marcas que permiten a nuestros clientes vender en mejores -o al menos diferentes- condiciones que su competencia.

Sus análisis permiten conocer, de la mano de estupendos profesionales, cómo perciben ellos una profesión, la estudian y desentrañan. Nos la comunican de manera absolutamente gratuita, aunque no desinteresada, a mayor impacto de su marca personal, mayores emolumentos para la agencia que dirigen o en la que trabajan. Justo, por otro lado.

Por tanto, qué sentido tiene hacer lo que ya hacen tanto experto, gurú, líder y apóstol de la industria del marketing.

Todo ésto viene a colación de una conversación bastante crítica con un conocido acerca del sentido de este "blog de marketing" como lo definía él. Entendiéndolo así dada la mayor dedicación de mi tiempo a esta crápula profesión.

- Que tienes que poner más casos prácticos, utilizar ejemplos de campañas de éxito, colgar más vídeos con anuncios de YouTube, ... Sólo así mostrarás lo que sabes, o dices saber, para poder vender a Vinomio ..., bla, bla, bla.

Simplemente, no.

Para tal labor ya se esfuerzan toda esa cantidad de entendidos y técnicamente bien formados blogueros del sector (esta misma semana hago un listado de mis preferidos en una segunda parte de este post). Lo único que pretendo en este espacio -se lo digo a él y lo uso, además, como herramienta de autoconvicción- es aportar una manera diferente de acercarse a las marcas y al trabajo de su construcción. Alejado de los tópicos tradicionales de su práctica y relacionado con un pensamiento dispar. Desde lo difuso y alejado de ciertas analogías, filosofías y maneras de entender la vida, no sólo consumista, es desde donde me siento más cómodo realizando mi trabajo.

Por ello, sirva este post para reafirmarme en la idea de hacer algo diferente con mi equipo junto con aquellas marcas que confían en nosotros, sorprendentemente, cada vez más en este fatídica y crítica época. Quizá hayan sido unos fatigosos años de combate dialéctico en la búsqueda de un mensaje aceptado por quien ahora nos prefiere. O como me dijo hace un par de días, en una de nuestras estupendas conversacione telefónicas una de esas personas a las que la vida te ha llevado lenta y agradecidamente, y por tanto, perennes compañeros vitales:

- César, has encontrado tu storytelling, el patrón, el molde para las ideas. No lo pierdas.

Y tú que lo veas, amigo.

C


viernes, 16 de octubre de 2009

Mis fotografías favoritas (3)


Las imágenes encerradas en una oportuna mirada, en un instante maravilloso, siempre he creído que reflejan algo trascendental. Aquello que Cartier-Bresson definía tan fantásticamente:

"For me the camera is a sketch book, an instrument of intuition and spontaneity, the master of the instant which, in visual terms, questions and decides simultaneously. In order to “give a meaning” to the world, one has to feel involved in what one frames through the viewfinder. This attitude requires concentration, discipline of mind, sensitivity, and a sense of geometry. It is by economy of means that one arrives at simplicity of expression.

To take a photograph is to hold one’s breath when all faculties converge in a face of fleeing reality. It is at that moment that mastering an image becomes a great physical and intellectual joy.

To take a photograph means to recognize – simultaneously and within a fraction of a second– both the fact itself and the rigorous organisation of visually perceived forms that give it meaning.

It is putting one’s head, one’s eye, and one’s heart on the same axis"

En fin, que en homenaje a él, he decidido escoger la imagen de hoy.

No dejo de pensar qué le pasó después al fotografiado, ¿Anduvo sobre las aguas; se ahogó, pues era un lago; se percata de la foto dando marcha atrás en el salto para no caer en un empapado, histórico y famoso ridículo; o simplemente cayó calándose hasta los huesos?

En la imaginación reside el sentido de lo estático convertido en fluidez, extiende, aumenta la imagen. Que cada uno piense, imagine, lo que guste :-)

Buen fin de semana.
C

The copyright for the pictures is Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos

miércoles, 14 de octubre de 2009

Marcas que me definen (2)


En el afán de seguir desnudando mi alma consumista en el post de los miércoles, apunto la que a mi parecer es la marca más idealizada que tengo, quizá por los años de adoración ;-): Range Rover.

Sin duda, mi coche favorito.



C

lunes, 12 de octubre de 2009

Edades para cada viaje

Estando en el hospital, por felices días pasados, recibiendo visitas de amigos y familiares con ganas de conocer a Telmo (mi segundo hijo), surgió una interesante conversación. Una amiga de mi mujer viajará en próximas fechas a Egipto.

Esta premisa tan banal e intrascendente me llamó la atención por algo ya sí más reflexivo y trascendente. No me apetece viajar allí,..., todavía. Recuerdo que la discusión posterior fue muy divertida.

Cualquiera que me conozca o que, al menos, haya leído alguno de mis anteriores posts sabe que tengo especial aprecio por ciertos conceptos y prácticas tradicionales, clásicas, incluso antiguas, que no retrógradas. Por esa razón, dudar de mi apetencia por un ruta por las idealizadas riberas del Nilo y la contemplación de la magnificencia faraónica, no sea quizá la mejor manera de reforzar el gusto por las ideas y sus lugares de nacimiento.

Pero todo tiene su explicación. Creo que hay viajes y lugares que permanecen en un estado de espera contínuo hasta que uno llegue en el momento óptimo de disfrute. Es decir, que hay viajes que disfrutas más según la edad que tengas. Al menos, así me gusta verlo a mí.

Hasta ahora mis viajes se podrían catalogar de:

Viajes familiares. Playa y monte. Sencillos pero memorables.

Viajes iniciáticos, de juventud, a estudiar a Irlanda, música y Atenas. Guinness, fish and chips, Trinity College y Partenón.

Viajes de amor, placer, luna de miel, romanticismo, Praga, París, Roma. Más cerveza -edulcorada ;-)-, vino y queso, paseos por Malá Strana, el Sena de noche y helados en Trasvevere.

Viajes de negocios, Londres, NY, Chicago, Washington, Melbourne, Oporto. Reuniones, ferias, congresos, ..., y un poco más de cerveza.

Y tras aquella conversación de hospital, hablando con mi mujer sobre ello, he decidido marcar mi ruta de los deseos. Estos años soy más de Europa y USA. Cercanía y negocios, coincidimos ambos. A partir de aquí ya hay más discrepancias, los cuarenta repetirán objetivos, queda mucho por descubrir. Los cincuenta para el Egipto de la amiga de mi mujer -discrepancias, se irá antes con sus amigas :-(- y Asia. Auunque mi Egipto es de camisa de lino blanca, traje claro, sombrero panamá y té. Los sesenta para América Latina y África, especialmente por su naturaleza y paisajes. A partir de los setenta para los amigos, allá donde se encuentren.

Se que el trabajo abrirá antes el camino a seguir en algunos de ellos -especialmente América Latina-, que luego repetiré, pero en esta ruta personal estoy hablando sólo de viajes de descubrimiento, aprendizaje emocional e ilustración gastronómica. De periplos con tiempo para crear cuadernos de viaje.

Tengo idealizados esos lugares, cómo vivirlos y cómo llegar a ellos -a nivel de vivencias me refiero- y quiero disfrutarlos de un modo especial.

El nóbel de literaturaa, Maurice Maeterlinck condensó esta idealización de la manera más sencilla posible:

"Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después"

Lo suscribo, la preparación y el recuerdo es lo que nos hace viajar. El viajero no va, vuelve.

Y claro, esta reflexión excursionista lleva a otra más mundana y mercantilista. ¿Comprenden las marcas que los consumidores también tienen sus momentos, sus épocas, aprenden y desaprenden? Y lo más importante, ¿aceptamos que experimenten cambios en su vida que hacen que como marca no podamos ser parte de ellos?

Llegado el caso, hay que saber apostar por construir de manera evolutiva una marca -viajando con tus clientes y trazando acciones para incorporar nuevos- o hacer coincidir el vínculo entre marca y consumidor en esas decenas simbólicas que representaba más arriba. Dependiendo del sector habrá que cimentar una estrategia en la que sepamos, para no llevarnos luego sorpresas, dónde queremos estar.

Como siempre, ahí lo dejo caer, a ver si alguien lo continúa ;-)

C

lunes, 5 de octubre de 2009

Momentos de fecicidad

Por mucho que me pese, tengo que romper el hábito recién adquirido de postear lunes, miércoles y viernes por el nacimiento el pasado viernes 2 de octubre de mi segundo hijo, Telmo.

Así que con vuestro permiso, queridos acompañantes en esta aventura virtual, durante esta semana romperé dicha rutina muy gustosamente :-)))))) para disfrutar de la familia y atender a los clientes como se merecen en el escaso tiempo que les puedo dedicar.

Ah! Ésto último sólo lo puedo hacer gracias al magnífico equipo que tengo detrás en Vinomio y que se deja la piel en todos nuestros proyectos. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Gracias chicos !!!!!!!!!!!!

C

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Marcas que me definen (1)

Comienzo la nueva sección de los miércoles en el blog: "Marcas que me definen"

Al igual que hago con las fotos de los viernes, aunque para esa sección creo que también añadiré de vez en cuando vídeos, ocupando así un concepto más amplio de imágenes, estáticas y en movimiento.

Decía que los miércoles hablaré de mis marcas. Algunas accesibles, otras imposibles; pero siempre asociadas a mi estricto gusto personal. No haré análisis objetivos porque no podría. Si acaso, cierta dosis de honestidad al no querer convertirlo en un catálogo de marcas de interés para terceros, sino en un inventario que me ayude a depurar el proceso de construcción de mi estilo de vida, real o soñado.

Sirva esta nota introductoria para dar pie a mi melodía de las marcas (qué cursi, no?). La armonía y cadencia sostienen mi coherencia vital, aunque también habrá ciertas disonancias que aporten contrastes e, incluso, algún estrafalario desatino.

Vamos con la primera de la serie. Bueno, con las primeras, porque hoy y para rendir homenaje a mi anglofilia galopante traigo a este post dos marcas que me encantan:





Y quizá lo más curioso es que transmitiendo la primera un imaginario inglés tan intenso -trayendo a la ciudad el campo inglés con cierta estética renovada, especialmente visible en sus tiendas y espacios de relación con el cliente), me asombra cómo consiguen ambas unirse tan profundamente en mi ideal. Teniendo en cuenta, además, la modernidad y la estupenda labor que Oliver está haciendo por reconducir los hábitos alimenticios británicos.

Recomiendo especialmente la serie de DVDs de Jamie at home -hace la mejor ensalada César que he visto jamás-.

¡Ay! Pero qué haría yo sin los fantásticos English Breakfasts -con mayúsculas- cada vez que viajo a mi ciudad favorita. Esta foto seguro que elimina todo tipo de mística a las marcas de más arriba, pero no puedo hablar de lo inglés sin mencionar algo así. Puro lowxury :-)


Perdón por el voraz inciso. Con todo, lo que más admiro de Oliver es su capacidad para crear una cultura culinaria a través de una marca personal increíble, con talento para explotar su imagen y ampliar las vías de negocio bajo el paraguas de la renovación del imaginario inglés de la gastronomía.

En fin, un par de marcas, de muchas que vendrán.

C

lunes, 28 de septiembre de 2009

"Emoción vs Razón" frente a "Emoción & Razón"


Dejo como premisa que soy un firme defensor del papel de la emoción en la construcción de marcas. Pero a veces nos volcamos en modas linguísticas -branding emocional- olvidando relaciones simbióticas y, por tanto, beneficiosas.

El fin de estas líneas es comprender si podemos hablar de la emoción como el gran paradigma del branding o debemos contemplarlo indivisible de la racionalidad innata del ser humano. En un post posterior intentaré descifrar algunas claves de la razón a la hora de concretar la relación entre una marca y su consumidor en los momentos vitales (me gusta llamarlos así, porque si la marca falla, muere): búsqueda de información, compra y experiencia de consumo.

Dice Donald Calne en unas de las frases más mencionadas en materia de branding en los últimos años, especialmente gracias a Kevin Roberts y sus Lovemarks:

"La diferencia esencial entre emoción y razón es que la emoción conduce a la acción mientras que la razón lleva a conclusiones"

Casi una lucha, si se me permite la temeraria metáfora, entre el idealismo y el materialismo. Pero que referida a la construcción de marcas desaparece porque entiendo que la razón debe servir para aprender a emocionarse positivamente.

¿Tiene que llevarnos el planteamiento de Calne a concebir el branding emocional como el único modelo o sin embargo nos está diciendo que observemos a ambos conceptos en su complementariedad?

¿Las acciones devienen de las conclusiones y por tanto la razón tiene que conllevar un proceso de aprendizaje de las emociones?

Si profundizamos un poco más en el pensamiento científico de Calne vemos que su modelo de investigación no es nada reduccionista, analizando incluso la enfermedad de Parkinson desde orígenes medioambientales. Así que no seré yo quien lo desmerezca ;-)

Desde la óptica del consumo se toman decisiones únicamente basadas en la emoción, negativa en este caso, los denominados consumismo o marquismo. Siguiendo las interesantes palabras de Manuel Cruz "Se llevaría a cabo ... una reformulación del cogito cartesiano en los nuevos términos de un "compro, luego existo"". La razón según Antonio Damasio debería ser utilizada para introducir una emoción positiva que aplaque a la primera, siguiendo el pensamiento de Spinoza -más humanista que Kant en este ámbito. Esto mejor lo dejamos para otro día, jejeje-.

El gran divulgador científico Eduard Punset -al que nunca me cansaré de citar, dado la gran cantidad de pensamiento erudito de terceros que maneja- sostiene en El alma está en el cerebro, que:

"Decidir sin sentir nada es quizá el sueño de un verdugo, pero para la mayoría de los mortales es una situación indeseable. Emoción y sentimiento van ligados a la especie humana y nos ayudan cada día a decidir qué queremos hacer con nosotros mismos"

Una apuesta clara por la dualidad.

Pensando en el momento de la experiencia de consumo, ese espacio donde realmente tomas conciencia de la marca que has adquirido. La compra basada en emoción&razón tendrá mejores consecuencias en la satisfacción esperada y conseguida -la sensación de acierto será más placentera-, disminuyendo también la decepción en caso de fracaso en el uso al reducir la sensación de error -era mi mejor opción-.

Por cierto, para Damasio investigar emociones y sentimientos es casi una necesidad política. Leo que el presidente francés Sarkozy también quiere conceder valor estadístico a la sensación de bienestar de los franceses. Vaya, racionalizar una emoción.

En definitiva, somos lo que sabemos y sentimos.

C


viernes, 25 de septiembre de 2009

Mis fotografías favoritas (2)


Mientras preparo un post sobre emociones me entretengo con esta foto.

Creo que genialidad y excentricidad nunca se han visto mejor reflejadas en una imagen.

C

Photographer: Arthur Sasse, © Bettmann/CORBIS

jueves, 17 de septiembre de 2009

La necesidad de los ritos


Dice Richard Sennet en la introducción de El Artesano:

"... el oficio del ritual hace física la fe".

Solo en esta frase está contenida todo mi imaginario en torno a la construcción de marcas Es capaz de concentrar aquello a lo que una marca aspira conseguir en la relación con el cliente y entre ellos mismos.

Podría dejar ahora mismo de anotar cosas en este post, divagar, sonreir. Creo que no hace falta decir nada más. Esta frase debería convertirse en el principio conductor de todas los planes, agendas, libretas que contengan ideas sobre estrategias de construcción de marcas.

Ramón Fontseré en esta entrevista también nos deja su granito de arena, fundiendo varias de las ideas aquí expuestas:

"Él sabe que lo que hace en el escenario es un ritual. O lo que hace un cura, cuando él se queda embobado mirando en alguna gran catedral castellana una misa: "Lo de la misa es un montaje que les ha dado un gran rendimiento, es fascinante ver cómo llevan las pausas, los silencios, los impulsos rítmicos...", y añade, dejando claro que no posee ninguna sensibilidad metafísica: "Un cocinero bueno también tiene su ritual, tiene el don del artesano, se basa en la intuición, en la curiosidad y siempre hay pasión".

La necesidad de obtener vínculos más allá de la emoción, en el siguiente estadio, la creencia, obliga a las marcas que quieran trascender con sus clientes a seguir una serie de tareas que todo ritual debe contemplar.

Convertir en mito una marca. Convertir el logo en icono.

Hablé hace unos días de la posición de creador cuando trabajas con una marca. La concepción de su ritual deviene de nuestras propias experiencias junto al seguimiento de determinadas reglas sociales. Sin embargo, crear las tuyas, tus ritos, rompiendo pautas establecidas es extraordinario. Así, cada marca debe alumbrar su propia coreografía de servicio, articulando las señales que permitan al usuario ser partícipe de una liturgia holística (se ha puesto de moda esta palabra o me lo parece a mí) en la prestación de la servidumbre, en la gestión de los puntos de contacto que toda marca debe proporcionar.

Encuentro de interés varios puntos:

Observar y analizar cómo tus consumidores experimentan e interactúan con tu marca es un factor clave en el desarrollo de una ceremonia de marca. Quien no mira no ve, quien no investiga no sabe.

Trabajar sobre el componente cultural que las marcas pueden transferir es otro de los aspectos que favorecen al rito. Ayuda en tanto en cuanto facilitan la consideración de ser parte de algo ya existente en la persona.

Y como bien dice Martin Lindstrom en este artículo, la creación de misterio (aunque prefiero el concepto de curiosidad) es otro de los asuntos claves en este desarrollo.

Dejo aquí el ejemplo de cómo un buen ritual es capaz de poner la carne de gallina, All Black´s Haka.

C

Foto de www.allblacks.com

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mis fotografías favoritas (1)


Mientras retomo fuerzas en estos días de descanso obligado, me apetecía comenzar una serie -sin fin- de posts donde mostrar las imágenes que, por distintos motivos, más me impactan, emocionan o animan mis recuerdos.

En definitiva, aquellas que consiguen sobresaltar mis neuronas haciéndolas centellear al concectarse unas con otras provocando una sinapsis que estremece, hace soñar y lleva más allá de lo que representan.

Esta primera encierra de manera asombrosa toda la densidad que el conocimiento y el saber -representados en la librería- pueden llegar a destapar, revelándonos como un insignificante grano de arena en el desierto de la cultura.

Por supuesto, os animo a que déis vuestra opinión sobre las distintas fotos que vaya colgando para, así, aumentar colectivamente la perspectiva que nos ofrecen.

C

jueves, 3 de septiembre de 2009

Vaya, ¡Qué facil soy de convencer!

Resulta que debe ser porque me gustó La alquimia de las multitudes o porque me cae bien Francis Pisani (todavía no se por qué, quizá el nombre me resulta gracioso) y su magnífico y crítico blog.

Pero resulta que leo su columna de hoy en El País (que reproduzco abajo, no se qué pasa, pero no puedo incluir el vínculo al post) y me vengo abajo.

Mi pasión bibliófila, puede verse aumentada por un ebook. Al menos, eso cuenta Pisani. Pues nada, habrá que comprarse uno. Todo sea por la experiencia y poder hablar con propiedad del tema, ¿no?.

Mi experiencia con Kindle 2

FRANCIS PISANI 03/09/2009

UTILIZO KINDLE desde 2007. En marzo compré la segunda versión de este reproductor electrónico de libros. Estoy fascinado con el aparato, aunque no impide las críticas.

Acabo de viajar con un libro de papel que llevaba de regalo para unos amigos. También bajé su versión para Kindle porque me interesaba, y me di cuenta de que leía sobre el Kindle a pesar de tener el libro en la maleta.

¿Qué quiere decir esto? El libro pesa cuatro veces más, así que mejor andar por la calle con Kindle. Pero, en el hotel, ¿por qué no usar la versión papel, la de mi infancia, la del olor? Porque no hay diferencia en la lectura. Me dejo llevar por el contenido, que resulta tan natural en uno como en otro medio. Terminé varios libros en Kindle, uno de más de 800 páginas, con el mismo placer que si lo hubiese leído en papel. El contraste de las letras es bueno. Si falta luz, basta con aumentar la letra para seguir leyendo. Como la pantalla no es luminosa puedes leer bajo el sol.

Tomar notas es posible a pesar del teclado. Me resulta particularmente útil la posibilidad de subrayar pasajes. Tardas lo mismo que con un lápiz. La enorme ventaja es que, al conectar el Kindle con la computadora, transfiero los pasajes seleccionados para usarlos después; pero tiene un defecto: si leo varios libros a la vez (el aparato almacena hasta 1.500), los pasajes vienen identificados en un único documento, de manera que hay que agrupar a los que corresponden a cada libro, un proceso engorroso. Otra limitación: no puedo organizar los libros para encontrarlos fácilmente (novelas, tecnología, historia), una debilidad del software imperdonable. También sería mejor con pantalla táctil y de color, pero no afecta a la lectura y supongo que llegará pronto.

Uno de los mayores aciertos de Kindle es la compra y descarga de libros de forma inalámbrica. Con mis datos registrados en Amazon, un solo clic basta. Es tan fácil que te puedes dejar llevar por el entusiasmo. No es grave si adquieres clásicos. Compré El Quijote, La Ilíada y La Odisea por menos de un dólar y toda la bibliografía de Charles Dickens y de Julio Verne por menos de cinco. Sin embargo, los best sellers, "oficialmente" a 9.99 dólares, salen más caros. Hay un movimiento de protesta de clientes que se niegan a pagar más de 10 dólares.

No me he suscrito a periódicos (15 dólares al mes, cuando se leen gratis en la web), pero compro la edición diaria del New York Times a 75 centavos, o sea menos que el papel. Espero con impaciencia (y sin ilusión) los micropagos porque sólo me interesa pagar por parte de lo que trae cada número.

No uso "text to speech" (texto hablado). Funciona con muchos títulos aunque los editores pueden bloquearla, pero prefiero leer. Tampoco navego, prefiero mi ordenador, ni escucho música, me quedo con el iPhone, cuya aplicación para Kindle me encanta. Sí estoy conectado a la red Whispersync, que registra el punto donde dejo mi lectura en el Kindle y cuando abro el libro sobre mi iPhone. Funciona perfecto en ambos sentidos.

La batería es muy generosa. Leo cada noche y algunas veces por la tarde y me dura más de dos semanas.

No pienso comprar la versión más grande concebida para libros de textos y periódicos, pero no me separo de mi Kindle 2, que me da acceso a 300.000 títulos de Amazon (casi todos en inglés por ahora), más PDF y los textos gratuitos del proyecto Gutenberg. Dicho esto, estoy convencido de que, con la salvedad de su catálogo de títulos, cualquier reproductor de libros electrónicos puede ser bueno.

Y que no protesten los editores. Sigo comprando libros en papel, leo más historias y textos, compro más libros (bastantes veces electrónicos) que antes. Apuesto a que dentro de 10 años muchos de quienes leen estas líneas hoy en un periódico de papel, habrán adoptado un lector de estos y se reirán pensando en su vieja incredulidad


¡Ah! También mi amigo David me enseñó uno ayer y ... soy un envidioso :-)

C

domingo, 30 de agosto de 2009

Tatuarse la marca

Resulta que ha sido una fugaz señal haciendo zapping durante el obligado reposo de mis hernias -que de tanto hablar de ellas,..., hablo con ellas- la que me ha hecho levantarme de la cama, apoyar el portátil sobre una estantería y ponerme a escribir de pie. Fugaz porque sólo he escuchado la noticia cuando se acercaba su final. Era el programa Surferos de Cuatro, un compendio de imágenes y situaciones llamativas por extravagantes, singulares, estúpidas o de cierto interés, que analiza televisiones de todo el mundo en busca del sobresalto y tu atención frente a la pantalla.

Acabo de ver que un tipo se ha tatuado en su pierna, a la altura del gemelo, el logotipo de un bar con el propósito de obtener un suculento premio, siguiendo la promoción ideada por los dueños del establecimiento de premiar, a todo aquél cliente que se lo grabara, cual estigma consumista, con cerveza y burritos gratis de por vida. Al parecer los dueños del establecimiento, llamado Casa Sánchez, tuvieron que suspender la promoción debido al éxito que cosechó entre los glotones del barrio, temiendo por el fracaso del negocio ante la avalancha de suministro gratuito de miles de calorías.

Navegando un momento por internet descubres más sobre el tema. El asunto resulta que es del año 1999 y que pararon la promoción al descubrir que, ante su incredulidad, hubo muchas personas que se tatuaron al personaje subido en la mazorca de maiz -como muestra la foto superior-. Aunque no creyeran que el negocio fuera a irse a la bancarrota dado los problemas de salud que podría acarrearte comer un burrito todos los días durante 50 años (sic). Calcularon que el coste máximo de la promoción podría suponerles unos 5,8 millones de dólares durante el tiempo de la promoción. No está mal.

En fin, a lo que voy. Creo que siempre se pone como ejemplo de amor, satisfacción, fidelización, vinculación emocional, pasión... por una marca, el caso de Harley-Davidson y sus conocidos HOGs.

Está claro, viendo el ejemplo de los burritos, que muchas marcas podrían construir una magnífica experiencia de largo plazo con su cliente -cincuenta años nada menos :-)-, si supieran definir oportunidades especiales para asombrarles. Sin embargo, no hay que olvidar calcular correctamente la inversión y no subestimar la reacción del consumidor, lo que está dispuesto a hacer cuando percibe un valor extraordinario en algo.

Pensando sobre ello, existe una industria que podría tener el mayor número de tatuajes por clientes&aficionados, la deportiva. No me extiendo dado que tengo pensado hablar otro día sobre cómo hay que aprender a construir marcas a partir del análisis del branding deportivo: desde la infancia hasta tu muerte eres de un club, aunque pierda y te defraude sigues defendiéndolo, deseas la derrota del contrario&competencia, evangelizas a tus hijos, lloras con los triunfos y más con las derrotas,... ¿Alguna de nuestras marcas se aproxima, aunque sólo sea un poquito ;-), a esta descripción?

Vale, admito también a los grupos de música, algo de la política, ¿la religión? Vaya, veo que los post que continuarán el pensamiento del brand tatoo van a durar más de lo previsto :-)

De todos modos, siempre queda el consuelo de la pegatina en el coche, que también nos define y se elimina más fácil ¿verdad?

C

Pd. También veo que no he sido capaz de cumplir el reposo ni el mensaje del post anterior :-(

viernes, 28 de agosto de 2009

Toca parar por nubarrones físicos

Imposible escribir tumbado en la cama, al menos para mí.

¡Y mira que lo he intentado!

Quiero contar cosas, pero escribir lo que me gustaría en este blog, desde el colchón y con dolores por mis dos malditas hernias de disco, se está convirtiendo en un suplicio.

Así que, hasta que no pueda estar sentado más de cinco minutos seguidos, tengo que parar. Creo que utilizaré mi cuenta de Twitter para contar cosillas, indicar sitios web de interés y dejar ligeros pensamientos e ideas.

A ver cuándo puedo volver a contar cosas con calma y sin dolor :-(.

C

martes, 25 de agosto de 2009

84, Charing Cross Road

Esta mañana he tenido la agradable sorpresa de encontrarme sobre la mesa del despacho un sobre a mi atención. Agradable porque al abrirlo he descubierto que contenía un libro. Sorpresa porque no había razón para ser enviado. Ya había sido recompensado.

El regalo de libros me parece uno de los actos más gratificantes, tanto cuando se entregan como cuando se reciben, que puede atesorar una persona. Especialmente si está asociado a la búsqueda del significado que su contenido puede tener para los dos miembros del intercambio -un libro, un agradecimiento-.

He recibido, de alguien que se está convirtiendo en algo más que un confidente, el libro de Helen Hanff que da título a este post. Novela epistolar basada en hechos reales, con la autora como protagonista, que debería ser uno de esos libros de cabecera emocional que todo bibliófilo conserva en su biblioteca. En él, se lanza un maravilloso grito irónico, melancólico, estético y pasional a favor de los libros y los libreros.

No soy crítico literario -ni lo pretendo- y por tanto no defino su calidad técnica, aunque tampoco hay que buscarla pues son cartas escritas no para ser publicadas, sino como teselas que construyeron un personal e íntimo mosaico afectivo entre los libros y sus amantes. Pero lo que sí debo ser es sincero, no era difícil que me emocionara, ya que combina en poco más de 100 páginas -¡cuántas cosas se dejan sin contar!- algunas de las pocas cosas por las que pierdo la cabeza, los libros, las librerías -con sabor, que las llamo yo- , Londres y Nueva York, las cartas -no sabe el email la que ha liado ;-)-, las bibliotecas personales, el talento oculto, la gratitud, la confianza en los demás, ..., mejor paro porque va a resultar que pierdo la cabeza por demasiadas cosas.

Isabel Coixet ha dirigido la adaptación española al teatro -eso hace al libro más especial aún- y define su acercamiento a esta deliciosa obra de este modo:

"... estaba asombrosamente cerca de mis obsesiones: el paisaje de los sentimientos ocultos, del amor como proyección, de las cosas que no se dicen porque no necesitan decirse, de la soledad como vocación."

Mi principal conclusión, desde una perspectiva más mercantil, es que, evidentemente, a día de hoy, no digamos del de mañana, este tipo de realidad ya no es posible que exista -veinte años de relación epistolar se concentran en un par de meses de emails, twitters, facebooks, flickrs, ...-. Eso sí, en la misión de todas las empresas del sector editorial y el gremio de libreros -off&online- debería estar el encontrar las herramientas que permitan y faciliten que los bibliófilos podamos experimentar nuestro personal 84, Charing Cross Road.

Si leemos esta pequeña perla del libro, la carta del 25 de septiembre de 1950, que parece sacada del testimonial de un cliente cualquiera de una librería online, veremos que todavía es posible no perder toda esa vivencia adaptada al ahora:

"¿Para qué voy a bajar hasta la calle 17 a comprar libros sucios y estropeados cuando puedo conseguirlos de ustedes limpios y hermosos sin tener que alejarme de mi máquina de escribir? Desde donde estoy ahora (14 East 95th St), Londres se encuentra muchísimo más cerca que la calle 17"

No hagamos que se pierda la emoción en la compra de un libro, no hagamos que se pierda la emoción del tacto durante su lectura, ni la belleza de los cuidados lomos dibujando nuestra vida en la pared. Los ebooks son maravillas tecnológicas a las que no hay que renunciar, pero ojalá nunca falten nativos bibliófilos ;-). No imagino emocionándome -veremos si me acabo comiendo estas palabras, ya que me encantan todos esos aparatitos- al recibir un aviso en mi ebook donde me dice que un amigo me ha regalado la descarga del último libro de Javier Marías, por ejemplo.

C

Pd. Por cierto, en su lectura he invertido dos de las horas más placenteras que recuerdo en mucho tiempo. Ya estoy buscando la película de 1987 con Anne Bancroft y Anthony Hopkins como Helen Hanff y Frank Doel.

domingo, 23 de agosto de 2009

Huellas en el trabajo

Descubro a un escritor que desconocía, Pierre Michon. Y me reconforta leer su siguiente afirmación:

"La última vez que los vi partir (a sus abuelos paternos), en un coche, me despedí de ellos exactamente con el mismo gesto que mi personaje. Cada vez que escribo sobre un tema tan alejado como la Antigüedad o la Revolución Francesa, me esfuerzo por incorporar de manera solapada cosas que yo he vivido. Para que los textos ganen en emoción, para emocionarme yo mismo"

Y digo que me reconforta, cuando debería decir que me libera de un pensamiento que me persigue en algunas ocasiones durante mi trabajo.

Tengo claro que cuando concibo o analizo innovadoras ideas de negocio, tiendo a acercarme a aquellos temas que me gustan y que más próximo emocionalmente me siento. Pero cuando en Vinomio trabajamos en la construcción de una marca para un tercero, también se queda el poso de tus gustos, tus pensamientos, tus creencias. De alguna manera te sientes creador de algo y, trabajando cerca de un componente emocional y estético, entras a formar parte de él. Como si escribieras un libro o esculpieras una escultura, ..., pero sin dejar tu firma :-)

¿Somos autores cuando trabajamos para una marca?

¿Cuánto dejamos de nosotros en la recreación de su historia?

¿Queda nuestro estilo o trabajamos objetivamente, científicamente?

Preguntas de domingo, desde la cama. Y todo por el reposo obligado de unas odiosas hernias de disco.

C

jueves, 20 de agosto de 2009

De jardines ajenos

No deja de sorprenderme la indudable capacidad mimética de algunas personas para saber adecuarse a una situación según el medio en el que se encuentran. Capacidad de adaptación o identidad digital compleja y múltiple con sociabilidad simultánea, que dice el amigo Ricardo Alonso

Escucho hablar de la vida digital (interesante descargar el informe); del yo digital -desde mi personal punto de vista: yo digital + yo social = yo móvil aumentado-; de las nuevas normas sociales online -todavía por desarrollar-; del famoso Número de Dunbar, ...

Recuerdo un desayuno de trabajo organizado por la Fundación Promete donde debatiendo sobre la gestión del conocimiento en red, se comentaba por Juan Martínez Estremera las tres normas deseables a la hora de participar en redes sociales online: seleccionar, generosidad y moderación.

Es fácil concluir que tenemos que encontrar una mayor eficacia en la gestión de las relaciones y que todavía nos queda mucho por aprender. A veces no sabemos ni gestionar las relaciones offline como para saber, en tan poco tiempo de existencia, a manejar las online sin que nos sintamos saturados.

Sobre este tema son estupendas las reflexiones que al respecto se manejan en La Alquimia de las Multitudes. En este libro se habla -además de otros muchos temas- sobre lo que ahora comento, de evitar el exceso de información social, del individualismo reticular -networked individualism (pdf)- que Wellmann define como una actitud en la que el individuo es más importante en la gestión de esas redes que el grupo. Con un importante matiz, la flexibilidad, dado que tendemos a multiplicar las relaciones reticulares transitorias de alcance limitado, menos rígidas y más dinámicas.

Qué complejo se está volviendo ser, pero qué sencillo nos lo quiere poner la tecnología. Con todo, lo ideal sería convertirse en un tecnoser social simplificado para disfrutar de las fantásticas ventajas que internet nos pone a nuestra disposición sin renunciar al calor del sol en la cara con una cervecita bien fresquita rodeado de la familia, los amigos y una buena conversación.

Ah! Y todo ésto venía por el libro que da título al post "De jardines ajenos", de Bioy Casares. Una auténtica delicia que rescato de la memoria en un recorte del Babelia del año 97 descubierto tras una limpieza de mi biblioteca casera. En dicho volumen el escritor hace gala de una estupenda adaptabilidad, al compilar "la cultura más exquisita y los antros más populares" (en palabras del suplemento) a través de divertos comentarios, frases, anécdotas, ..., que durante años llamaron su atención.

Como colofón dejo anotadas algunas de ellas:

Diálogo de Borges con un taxista (según Bianco).
Borges: No puedo leer. Soy ciego.

Taxista: ¿No puede leer nada?

Borges: No. Nada
Taxista: ¿Ni siquiera los diarios?



Del Boletín Municipal del 10 de julio de 1942:
Oficina Recaudadora del Producido de la Enajenación
de los Subproductos Seleccionados de los Residuos Domiciliarios


Julien Green cuenta que, en junio de 1940, al llegar Sacha Guitry a la Gare d´Orsay, encontró una multitud de parisinos que se apretujaban y daban empujones en su afán de huir ante el avance de las tropas alemanas.
- ¿No tienen vergüenza? -les gritó, y restauró el orden con tono autoritario. Después, para sorpresa e irritación de todos, se colocó con su equipaje a la cabeza de la fila. Como respuesta explicó-: Mi caso es distinto. Yo no tengo vergüenza, tengo miedo. [Lottman, La caída de París]

C

martes, 18 de agosto de 2009

Humanismo y marketing

En esencia, el marketing se ocupa de la gestión de la cadena de valor de los intercambios -pasados, actuales y futuros- satisfactorios entre empresas/empresas, empresas/individuos o individuos/individuos.

Me gustaría poner el foco en una parte de ese todo. Resultan interesantes aquellas propuestas que se encaminan a colocar al consumidor (una de las últimas) en el centro de la toma de decisiones comerciales, de marca, de desarrollo de producto, innovaciones, ... ¿Existe en ellas un modelo común de pensamiento humanista?

Creo que podrían aportarse un par de ideas para facilitar la implementación de una teoría así en nuestra disciplina de trabajo:

La primera incide en la visión del hombre/consumidor como epicentro de decisión. Entendamos a la persona como una pero contemplada como parte de un conjunto, de una pluralidad, de una red. La web 2.0 está confirmando este apunte.

El hombre/consumidor es un ser social y, con las nuevas tecnologías, internet y la eMovilidad (entendida como la capacidad de estar concectado a la red en cualquier lugar y momento) facilitando la tarea, más todavía. Aceptando la cultura como un ambiente social artificial, internet aumenta las posibilidades de que el ser humano aprenda, conozca y se relacione, socialice, con una mayor número de personas.

Además, claro, de poder comprar y recomendar aquellas marcas que le satisfagan. Así como denostar públicamente las que no lo hagan.

La segunda, más amplia (inspirado por las ideas de Salvador Pániker). La concepción renacentista del marketing, en el sentido de fusión contenedora de distintas ciencias -psicología, sociología, antropología, filosofía, matemáticas, biología, ...- no facilita su verdadera aceptación como disciplina científica. Más al contrario, existe una hiperespecialización -pricing, branding, trade mkt, mkt directo, publicidad, RRPP, mkt digital, social branding, coolhunting, packaging, ...- cada vez mayor del profesional que se adentra en ella.

Ahora bien, si fomentásemos el marketing como "conector" de saberes tendentes a explicar y conocer los modelos de las relaciones mercantiles, en lugar de "aglutinador" de esos conocimientos, conseguiríamos convertirlo en una especie de Medici del conocimiento mercantil :-).

Por todo ello, contemplo encantado la creación de aquellos equipos de marketing formados por expertos en los más amplios saberes.

En definitiva, un nuevo humanismo, adaptado a los modelos sociales y educativos que vendrán ¿O ya están aquí?

C

sábado, 15 de agosto de 2009

Cuadernos de viajes

No soy de artistas, soy de canciones. No soy de autores, soy de libros. No soy de pintores, soy de cuadros. No soy de productos, soy de marcas. No soy de restaurantes, soy de sus platos clásicos -todos deberían tener al menos uno-. No soy de hoteles, soy de sus zumos, camas y baños. No soy de personas, soy de sus acciones, sus ideas y su recuerdo siempre permanecen. Aunque algunas parezcan contradecirse, para mí este desorden tiene sentido.

Pero, ¡Ay, cuando coincido con alguien que crea un cuaderno de viaje en cada uno de los periplos que disfruta! Me cae bien, la razón desaparece. Soy de los cuadernos de viaje, soy de sus dueños. Lógica invertida.

Bueno, ..., en fin, ..., lo confieso, también le envidio solemnemente. Me considero incapaz de elaborar uno, no dibujo bien. Aunque lo volveré a intentar. Espero que unas futuras clases de pintura ayuden.

Queda claro, adoro, amo, envidio los cuadernos de viaje. Me fascina que haya personas que incluso los diseñen previamente de manera personalizada para cada recorrido.

El que crea cuadernos de viaje denota curiosidad por el detalle, gusto por la memoria emocional, encuentra placer en la pausa. Escribe y pinta, recuerda y admira.

Me encantaría, en eso estoy, encontrar una dimensión similar a la hora de construir una marca. Dotar de la necesaria visión detallista en el "cuaderno de viaje" de la relación que la marca tiene con sus consumidores, usuarios o clientes. Imaginemos lo que supondría que hubiera un contenedor de los mejores momentos que te suceden con aquello que consumes. Que fuera proporcionado por las marcas y que activara de una manera particular la memoria emocional, tan necesaria a la hora de cimentar una relación de fidelidad, satisfacción y recuerdo.

Evidentemente, hay sectores que se adivinan más sencillos de ser objeto de este desarrollo, los cercanos a los estilos de vida de la gente, pero no renunciermos a nada. Los formatos serán variados y las herramientas múltiples, pero es posible.

Empiezo a pensar y, ..., a dibujar ;-)

C

viernes, 14 de agosto de 2009

Breve historia de uno

De pequeño tocaba el piano.
Ya no.
Perdí el afán.
¿O hicieron que lo perdiera?
Definitivamente, fui yo.
Las pasiones son de uno y de nadie más.
El romanticismo estético en el que me encontraba se tornó alegría juvenil y se fué la musa.
No se si algún día volveré a él.
Hoy todavía prefiero reir a carcajadas.

C

jueves, 13 de agosto de 2009

Renovando el conocimiento

He tomado una decisión, creo, importante. He decidido resetear el conocimiento adquirido hasta ahora -al menos, el modelo de cómo lo aprendí- y dirigir un nuevo modelo de filtración de las ideas y pensamientos hacia el campo de las emociones. Recuperando una memoria cultural de base ,sin excesiva solemnidad. Viviendo aquellos lugares, personas, libros, cuadros, avances tecnológicos, ..., donde nacieron o lo hacen en la actualidad las principales ideas de nuestro tiempo.

Digo desde las emociones, porque quiero experimentar el hecho cultural. No sólo hay que leer la biografía de Beethoven, hay que escucharlo, ..., y mucho. Hay que visitar museos, ciudades, bibliotecas, acudir a conciertos, tocar incunables, conversar sobre lo estudiado, criticar y ser criticado.

Lo define por mí el político y filósofo mexicano José Vasconcelos:


"El conocimiento emocional, a diferencia del anterior, - el racional, matemático- radica en que se manifiesta cuando las cosas y los procesos revelan una súbita identidad o disparidad con nuestra más íntima naturaleza. Al percibir que se desarrollan en el exterior ciertos procesos, como el fluir de una melodía, sentimos que nace también en nuestra conciencia un fluir paralelo, intangible pero real, flexible y casi libre. Al mismo tiempo advertimos que la liga del fluir de adentro con el fluir de afuera se hace tan estrecho, que pueden influir uno en el otro", ..., "el conocimiento racional se ejerce sobre una sustancia que me es indiferente y cuyo desarrollo depende de su propia naturaleza, sin que sea la mía capaz de mudarlo interiormente."

Sigue:

"Asentemos que la emoción abarca tanto como la existencia y ambas más que la razón, y anotemos inmediatamente la prueba que se deriva de ver que la razón es imponente para franquear el límite de sus propias reglas y axiomas, en tanto que la emoción es por excelencia libre, capaz siempre de soluciones inesperadas, e ilimitada como la fuente misma de los destinos."

En los últimos años Salovey, Mayer y el archiconocido Daniel Goleman desarrollan el concepto de Inteligencia Emocional. También Cooper y Sawaf hablan del conocimiento emocional -honestidad, energía, intuición, ...-. Pero son éstas otras orientaciones con respecto a la que pretendo adherirme.

Simplificando, cómo el conocimiento adquirido interactúa con la sensibilidad para percibir las cosas e introducirlas en la espiral de tus emociones y sensaciones adquiridas con el tiempo, con tus vivencias, con tu vida.

El proceso es vital más que cognitivo. Lo imagino infinito y que no será fácil encontrar todos los momentos de dedicación que requerirá, especialmente al querer hacerlos compatibles con el trabajo diario -que se verá recompensado, espero, a través de una mejor comprensión y capacidad creativa para construir marcas sostenibles en nuestra sociedad- y la familia. Pero seguro que me divierto e intentaré divertir a los demás.

C


martes, 11 de agosto de 2009

Elegir dónde y cómo vivir

Aprovecho la lectura de la entrevista a Pimentel que leí este domingo, para introducir en este post la siguiente idea:

"... me gusta vivir en Córdoba. El mundo que viene quizá nos permita eso -vivir donde queremos-: competir con la máxima exigencia en primera línea desde un entorno que te haga feliz"

Son interesantes las ideas al respecto que propone un pensador sobre la localización del talento como Richard Florida y su concepto de clase creativa. Y, como siempre, mejoradas por el debate generado alrededor de ellas.

Alucino con ideas como la de crear nuevas ecotechciudades (New Songdo City, la foto que encabeza este post) recopilando los mejores elementos de las metrópolis más importantes.

Si tengo que definirme hacia algún flanco, desde mi sencillo gusto personal, me postulo cercano a la creación de entornos de vida en ambientes rurales -no macrourbanizaciones de adosados- próximos a grandes urbes financieras, educativas y de servicio. Una buena red de comunicaciones públicas, especialmente el tren -método de transporte por el que tengo debilidad- y carreteras con controles de velocidad.

La vuelta al campo como parte del estilo de vida de la gente, sin significar por ello la autosuficiencia con huertos propios y cosas así, no soy ningún radical de estos temas. Más espacio vital - menos pisos de 30m2 y más de 200-, más convivencia -tolerancia, una de las tres "T" que propugna Florida-, más tiempo para la familia y amigos, recuperar el verdadero sabor de los alimentos -practicando el cultivo de ciertas plantas en nuestro jardín-, ... Eso sí, todo muy lowxury, por favor.

He de reconocer que me encuentro más cercano al estilo de vida, imaginario y estética british que al patrio. Y como algo hay que hablar de marcas, jeje, pues algunas de las que reflejan estas ideas son Daylesford Organic y el gran Jamie Oliver (magnífico ejemplo de marca personal y con reflejo en un estilo de vida), especilamente sus vídeos "jamie at home" .

Soy fan de que pasemos el tiempo libre al aire libre, que la wifi -tecnología, segunda T- también llega al jardín :-)

Ahí se piensa y se centrifuga el talento -ah! faltaba esta otra T-

C

domingo, 9 de agosto de 2009

Sinsentido, en busca del fuego

Dice Vicente Verdú:


Por distintas circunstancias, que ahora no vienen al caso ;-), estos días he escuchado mucho sobre el sentido de la vida en boca de un amigo. Intentando encontrar el camino que lleve a rellenar su existencia, peleando por encontrar una explicación racional a una ausencia de satisfacción. Satisfacción irracional, más estando el amor de por medio.

Existen momentos para uno, a veces la vida entera, ahí radica el problema, en saber encontrar la medida óptima de cooperación entre las circunstancias de nuestra vida, del día a día, del año a año. Sin visiones de futuro, experimentado el presente y deseando un futuro hecho realidad cada segundo que llega y pasa, llega y pasa, llega y pasa, ...

Leía esta mañana una magnífica entrevista, las respuestas la califican así, como las buenas entrevistas, con cortas preguntas que sólo son un envite, una ligera sacudida de muleta, para que el entrevistado alargue sin contemplaciones los pensamientos. Leía, decía, una entrevista a Manuel Pimentel, donde, de entre todas las interesantes reflexiones que propone, me gustaría mencionar ésta:

"Estar conforme con el pasado es indispensable para poder vivir el mañana. El único criterio para estar orgulloso es porque creo que hice lo que tenía que hacer, no porque le ponga ninguna valoración moral."

La decisión sobre el futuro personal, el sentido buscado de nuestras vidas, tiene que meditar sobre el pasado porque éste también forma parte del itinerario que nos lleva a los replanteamientos vitales.

Normalmente suelo usar las ideas que leo, estudio o me llaman la atención, para llevar a cabo analogías con el mundo de las marcas y el branding, pero creo que hoy mi amigo se merece que esta entrada termine aquí.

¡¡¡Para, respira, coge de nuevo el carrito de la montaña rusa y emociónate. El sentido de la vida es un sinsentido, el amor. El fuego es la búsqueda!!!

C

viernes, 7 de agosto de 2009

Mejorar la experiencia de usuario

Estupenda idea la de vender trajes de baño a través de máquinas de vending en hoteles de playa.

Dejando de lado la rentabilidad del servicio, creo que es una manera estupenda de aumentar la experiencia del huesped de un hotel. Nadie va a ir al hotel por este servicio, pero todo aquél que esté, aunque no lo necesite, lo valorará enormemente. Y lo comentará. Esta cadena de hoteles ya tiene un "patito de goma", como describe Schmitt en Experiential Marketing.

Además, la estrategia de cobranding junto a Quicksilver no hace sino reforzar a ambas. Para la marca de bañadores es una fantástica aproximación a sus clientes: "me acuerdo de tí allá donde me necesites".

En eso consiste la creación de una experiencia holística. En la suma de pequeños -pero importante- detalles que hagan del uso de una marca una ocasión memorable.

Seguro que podemos encontrar el lado oscuro y crítico a la propuesta, pero hoy es viernes, estoy contento y esta tarde me voy al cine a ver Up -imagino que otra buena experiencia-.

C

miércoles, 5 de agosto de 2009

El liderazgo hay que trabajárselo, pero los resultados son maravillosos

Inspiradoras las ideas de Seth Godin sobre cómo se debe caracterizar un líder en la época actual, atendiendo al modelo de creación de tribus:

- enfrentarte al status quo, cuestionar lo que ocurre
- construir una cultura
- ser curioso con la gente de tu "tribu"
- comprometido
- conector de gente
- carisma adquirido a través del liderazgo y la actuación

En Vinomio creemos de manera superlativa en la creación de comunidades de fieles de una marca cuando trabajamos en su construcción. Por tanto, también creemos en las ideas de Seth Godin para construir liderazgos personales asociados a una marca, a un movimiento.

Porque la idea de alterar socialmente, un grupo, una comunidad, una ciudad o un país, tiene que estar implícita en cómo concebimos una estrategia de branding. Los objetivos tienen que ser magníficos, las acciones realistas y los resultados transformadores.

C

domingo, 2 de agosto de 2009

Aprendemos de los aciertos

Interesantísima noticia. Aprendemos más de los aciertos que de los errores. Al menos eso es lo que defienden científicos del MIT en este artículo.

Y si es así,

¿Estamos equivocados manteniendo culturas empresariales que fomentan la prueba/error como modelo de trabajo?

¿En qué sectores es admisible? ¿En seguridad, energía, alimentación, ... podemos fallar?

¿Tendríamos avances científicos sin un histórico de desaciertos?

¿Habría innovación sin confusión?

¿Cuándo es admisible un error?

¿Cuándo podemos decir que ya hemos aprendido lo suficiente para no equivocarnos?

¿El desacierto es finito? Fallamos, aprendemos, fallamos, aprendemos, ....

¿Pueden las marcas descuidar su relación con un cliente equivocándose para aprender de ello?

¿Hasta qué momento un cliente fiel admite los errores?

Demasiadas preguntas, demasiadas respuestas.

Pero de algún modo tendremos que saber que hemos acertado, ¿equivocándonos?

Buff
C

lunes, 27 de julio de 2009

Visionarios vintage

Lo reconozco, me reconforta leer sobre Bradbury y sus opiniones en el Babelia de hoy.

"Hace un mes me llamaron de Yahoo! porque querían poner una de mis novelas en Internet. Les dije que se fueran al infierno?, recuerda hecho un basilisco. Mencionarle Internet sólo aviva las llamas. ?¡Que quemen la red en lugar de quemar libros!?, sentencia a pesar de contar con una página bien cuidada. ¿Y los libros electrónicos tipo Kindle? ?Eso no son libros. Los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor?, dice romántico este visionario criado a la antigua usanza. Su última batalla a favor de la palabra impresa es su defensa de las bibliotecas, esos dinosaurios en vías de extinción por falta de interés y fondos que Bradbury está dispuesto a mantener con vida aunque su batalla suene quijotesca. No creo que las bibliotecas estén obsoletas y no permitiré que acaben con ellas así me tenga que poner en medio para evitarlo."

Había prestado cierta relevancia a sus escritos, pero me anima más contemplar cómo un fantasioso como él es capaz de valorar tanto el libro, al igual que en Fahrenheit 451.

En mi opinión, la defensa a ultranza del libro no está circunscrita al objeto en sí, sino a la calidad del conocimiento que encierra. Cómo el papel ha servido de soporte difusor de las grandes ideas, historias y descubrimientos.

En principio podemos suponer que una de las principales críticas que sacude diariamente a internet es la cantidad de información sin calidad que pulula por ella -una muestra es este blog, jajaja-. La absoluta libertad de publicación -que no se pierda- que la sustenta permite que cualquiera exprese abiertamente sus pensamientos sin pasar antes por la criba de expertos en calidad literaria, científica, investigadora, ... No es ésto un juicio a internet en defensa de los libros, sólo una consideración personal ante el placer complementario que entregan.

Si un iPhone es elegante en su diseño y nos apetece tenerlo, ¿cuánta belleza encierra un libro?

Me encanta cuando un escritor mantiene al día un blog donde compartir con él impresiones de sus libros, cuando se actualiza online algunas consideraciones en ellos expuestas y cuando facilita la conexión con otros lectores. Y también me encanta mancharme los dedos de tinta los domingos por la mañana (reconozco que sólo compro periódicos ese día, el resto, online), regalar libros y suscripciones a revistas especiales. Creo que el libro y por ende las bibliotecas, tiene un componente emocional y estético (como la foto que encabeza este post) que, personalmente, no me proporcionan los elementos electrónicos, científicos y demás chismes. Aunque debo admitir que tampoco se vivir sin ellos :-(.

C


martes, 21 de julio de 2009

Fanatismo y vino (homenaje a mi abuelo)

Hubo un tiempo donde la emoción de espectáculos públicos masivos residía en combates con la vida en juego, ahora se asiste a eventos futbolísitos casi litúrgicos, y sin casi. El aficionado se viste con los colores de su equipo, entona cánticos colectivos, implora a un ser superior -el 10- para que no falle el penalti, ...

No deja de sorprender lo fácil que es encontrar un vínculo entre el fútbol y la guerra, la vida de miles de personas en juego porque un balón entre en una portería.

Traigo esto a colación, un pco desmedida, lo reconozco, por el fanatismo en la alimentación. Una muestra de ello es el excesivo apego a los productos de la tierra de uno mismo, "lo mejor, lo de mi pueblo". Que está bien como promoción, pero cuando se convierte en fervor inconsciente, ..., peligro.

Recuerdo una anécdota que me ocurría con frecuencia con mi abuelo Feliciano. Cuando le llevaba a probar vino de otras zonas que no fueran de la DOCa Rioja, todo le resultaba desagradable.

- Abuelo, que hay que probar otros vinos, que también están ricos
- Deja, deja. Que donde esté un buen vino del pueblo, que se quite lo demás. No tienes ni idea

La cuestión, tras comentarla con él, no venía por la calidad del producto -ya hablaré de la evidente importancia de la calidad percibida- sino porque su gusto -el de mi abuelo-, su paladar, estaba "hecho" al tipo de vino de su zona. Y ahí es donde debemos, o al menos me gustaría entender, esa devoción por lo propio.

Nuestras preferencias alimenticias en la vida adulta vienen precedidas de la variedad en la alimentación temprana, haciendo complicado la posterior penetración de nuevos alimentos si no se atienen a nuestros gustos. Por ello, si lo que consideramos bueno, y por tanto, nos gusta, es lo que hemos probado durante nuestro aprendizaje gastronómico, no podemos permitirnos el lujo de fallar en la educación de los jóvenes en la cultura del vino -o cualquier otro alimento-. Ejemplos como el de la Fundación Alicia deben ponerse en valor y servir de referente al sector vinícola en la forma de promover un consumo inteligente, saludable y moderado. ¡Cuánto queda por hacer por la innovación en el vino!

Creo que el pensamiento es válido. Y si no, al menos me ayuda a entender y acordarme hoy de mi abuelo, ¡qué carajo!.C