domingo, 23 de agosto de 2009

Huellas en el trabajo

Descubro a un escritor que desconocía, Pierre Michon. Y me reconforta leer su siguiente afirmación:

"La última vez que los vi partir (a sus abuelos paternos), en un coche, me despedí de ellos exactamente con el mismo gesto que mi personaje. Cada vez que escribo sobre un tema tan alejado como la Antigüedad o la Revolución Francesa, me esfuerzo por incorporar de manera solapada cosas que yo he vivido. Para que los textos ganen en emoción, para emocionarme yo mismo"

Y digo que me reconforta, cuando debería decir que me libera de un pensamiento que me persigue en algunas ocasiones durante mi trabajo.

Tengo claro que cuando concibo o analizo innovadoras ideas de negocio, tiendo a acercarme a aquellos temas que me gustan y que más próximo emocionalmente me siento. Pero cuando en Vinomio trabajamos en la construcción de una marca para un tercero, también se queda el poso de tus gustos, tus pensamientos, tus creencias. De alguna manera te sientes creador de algo y, trabajando cerca de un componente emocional y estético, entras a formar parte de él. Como si escribieras un libro o esculpieras una escultura, ..., pero sin dejar tu firma :-)

¿Somos autores cuando trabajamos para una marca?

¿Cuánto dejamos de nosotros en la recreación de su historia?

¿Queda nuestro estilo o trabajamos objetivamente, científicamente?

Preguntas de domingo, desde la cama. Y todo por el reposo obligado de unas odiosas hernias de disco.

C

2 comentarios:

  1. Yo creo que tienes alma de artista, inventor, creador, un torbellino de buenas ideas y de emoción en cada proyecto. Animo y a recuperarse. Seguro que de estos achaques tambien sacas alguna idea interesante ...

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  2. Gracias Pablo.
    Alguna idea interesante: hay que inventar algo para apoyar el portátil y poder escribir cómodamente cuando no te puedes mover en la cama jajaja
    C

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