domingo, 30 de agosto de 2009

Tatuarse la marca

Resulta que ha sido una fugaz señal haciendo zapping durante el obligado reposo de mis hernias -que de tanto hablar de ellas,..., hablo con ellas- la que me ha hecho levantarme de la cama, apoyar el portátil sobre una estantería y ponerme a escribir de pie. Fugaz porque sólo he escuchado la noticia cuando se acercaba su final. Era el programa Surferos de Cuatro, un compendio de imágenes y situaciones llamativas por extravagantes, singulares, estúpidas o de cierto interés, que analiza televisiones de todo el mundo en busca del sobresalto y tu atención frente a la pantalla.

Acabo de ver que un tipo se ha tatuado en su pierna, a la altura del gemelo, el logotipo de un bar con el propósito de obtener un suculento premio, siguiendo la promoción ideada por los dueños del establecimiento de premiar, a todo aquél cliente que se lo grabara, cual estigma consumista, con cerveza y burritos gratis de por vida. Al parecer los dueños del establecimiento, llamado Casa Sánchez, tuvieron que suspender la promoción debido al éxito que cosechó entre los glotones del barrio, temiendo por el fracaso del negocio ante la avalancha de suministro gratuito de miles de calorías.

Navegando un momento por internet descubres más sobre el tema. El asunto resulta que es del año 1999 y que pararon la promoción al descubrir que, ante su incredulidad, hubo muchas personas que se tatuaron al personaje subido en la mazorca de maiz -como muestra la foto superior-. Aunque no creyeran que el negocio fuera a irse a la bancarrota dado los problemas de salud que podría acarrearte comer un burrito todos los días durante 50 años (sic). Calcularon que el coste máximo de la promoción podría suponerles unos 5,8 millones de dólares durante el tiempo de la promoción. No está mal.

En fin, a lo que voy. Creo que siempre se pone como ejemplo de amor, satisfacción, fidelización, vinculación emocional, pasión... por una marca, el caso de Harley-Davidson y sus conocidos HOGs.

Está claro, viendo el ejemplo de los burritos, que muchas marcas podrían construir una magnífica experiencia de largo plazo con su cliente -cincuenta años nada menos :-)-, si supieran definir oportunidades especiales para asombrarles. Sin embargo, no hay que olvidar calcular correctamente la inversión y no subestimar la reacción del consumidor, lo que está dispuesto a hacer cuando percibe un valor extraordinario en algo.

Pensando sobre ello, existe una industria que podría tener el mayor número de tatuajes por clientes&aficionados, la deportiva. No me extiendo dado que tengo pensado hablar otro día sobre cómo hay que aprender a construir marcas a partir del análisis del branding deportivo: desde la infancia hasta tu muerte eres de un club, aunque pierda y te defraude sigues defendiéndolo, deseas la derrota del contrario&competencia, evangelizas a tus hijos, lloras con los triunfos y más con las derrotas,... ¿Alguna de nuestras marcas se aproxima, aunque sólo sea un poquito ;-), a esta descripción?

Vale, admito también a los grupos de música, algo de la política, ¿la religión? Vaya, veo que los post que continuarán el pensamiento del brand tatoo van a durar más de lo previsto :-)

De todos modos, siempre queda el consuelo de la pegatina en el coche, que también nos define y se elimina más fácil ¿verdad?

C

Pd. También veo que no he sido capaz de cumplir el reposo ni el mensaje del post anterior :-(

2 comentarios:

  1. Querido Leon, coincido con la apreciaciones, pero sabes que no hay mayor temor que el tatoo sobre la piel de tu hijo del acerrimo enemigo...y todos pasan por la etapa rebelde
    no te imagino con el tatoo de los Pecos!

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  2. Gracias por tus comentarios Anónimo,
    Como se tatúe algún hijo mío el escudo de mi acérrimo enemigo, el que se rebela soy yo, jajaja.
    De los Pecos, ..., si nos contratan para relanzar la marca (ahora se lleva lo retro), me pongo una pegatina en el coche ;-)
    C

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