sábado, 15 de agosto de 2009

Cuadernos de viajes

No soy de artistas, soy de canciones. No soy de autores, soy de libros. No soy de pintores, soy de cuadros. No soy de productos, soy de marcas. No soy de restaurantes, soy de sus platos clásicos -todos deberían tener al menos uno-. No soy de hoteles, soy de sus zumos, camas y baños. No soy de personas, soy de sus acciones, sus ideas y su recuerdo siempre permanecen. Aunque algunas parezcan contradecirse, para mí este desorden tiene sentido.

Pero, ¡Ay, cuando coincido con alguien que crea un cuaderno de viaje en cada uno de los periplos que disfruta! Me cae bien, la razón desaparece. Soy de los cuadernos de viaje, soy de sus dueños. Lógica invertida.

Bueno, ..., en fin, ..., lo confieso, también le envidio solemnemente. Me considero incapaz de elaborar uno, no dibujo bien. Aunque lo volveré a intentar. Espero que unas futuras clases de pintura ayuden.

Queda claro, adoro, amo, envidio los cuadernos de viaje. Me fascina que haya personas que incluso los diseñen previamente de manera personalizada para cada recorrido.

El que crea cuadernos de viaje denota curiosidad por el detalle, gusto por la memoria emocional, encuentra placer en la pausa. Escribe y pinta, recuerda y admira.

Me encantaría, en eso estoy, encontrar una dimensión similar a la hora de construir una marca. Dotar de la necesaria visión detallista en el "cuaderno de viaje" de la relación que la marca tiene con sus consumidores, usuarios o clientes. Imaginemos lo que supondría que hubiera un contenedor de los mejores momentos que te suceden con aquello que consumes. Que fuera proporcionado por las marcas y que activara de una manera particular la memoria emocional, tan necesaria a la hora de cimentar una relación de fidelidad, satisfacción y recuerdo.

Evidentemente, hay sectores que se adivinan más sencillos de ser objeto de este desarrollo, los cercanos a los estilos de vida de la gente, pero no renunciermos a nada. Los formatos serán variados y las herramientas múltiples, pero es posible.

Empiezo a pensar y, ..., a dibujar ;-)

C

5 comentarios:

  1. César, cuando vuelva de mi retiro estival te paso un cuaderno de viaje que hice de mi "ídem" a NYC (buena marca esa!). No pienses encontrar dibujos pues si a ti te salen mal, a mi peor. Eso si, encontraràs alguna ilustración o "santos" como se decía cuando era pequeño. Tengo ganas de ver qué estàs tramando al respecto de los cuadernos de viaje y tus clientes, marcas,... Seguro que no faltan dosis de emoción, recuerdos, lazos,... @amangado

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  2. Gracias por tu comentario Antonio.
    También te haré un cuaderno a tí :-)
    Disfruta del retiro y del campeonato ganado
    C

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  3. Interesante post, evocador y sugerente. Los cuadernos de viaje me suelen traer recuerdos agradables, anécdotas graciosas. En esta época de las videocámaras y de las cámaras a secas, yo prefiero las historias, historias personales que me permitan recordar. Lástima que mis dotes artísticas tiendan a cero y que mis cuadernos de viaje sean solo texto.

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  4. Pablo,
    Gracias por tu comentario. No te preocupes por el dibujo, tu cocina compensa con creces otras habilidades :-)
    C

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  5. Qué bonita manera de ver a los elaboradores de Cuadernos de Viajes.

    Pero tú también puedes, no se necesita dibujar para como tú bien dices, detenerse a describir los detalles que hacen que el día a día sea distinto.

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